Medio año después

Señor director:

Quisiera, una vez más, mediante su apreciada sección, reclamar, a quien corresponda, unos servicios mínimos para el Valle de Soba. Permítame, seis meses después, recordar un poco de lo que sembró en la vida mi hermano Francisco. Para quien se pregunte, como es normal la curiosidad, quién fue, se lo voy a definir con una sencilla frase: «Kiko fue una persona que en su corta vida hizo mucho bien y muy poquito mal».

Medio año después las cosas se ven de otra manera, pero después de consultar con profesionales, en el rescate de Kiko se actuó no mal sino peor y en Soba, si se vuelve a dar otro problema, seguimos igual salvo si se es hijo de don..., montañero, espeleólogo o turista. Da la casualidad de que somos hijos del muy querido Valle de Soba, así es que queremos los mismos servicios que el resto de los ciudadanos.

Francisco nunca hubiese ido a su trabajo sin su herramienta como hicieron los profesionales con él porque, miren ustedes, desde que llegaron los bomberos con las manos en los bolsillos hasta que se llegó a Valdecilla transcurrieron siete horas y, sigo pensando y siempre pensaré que siete horas pueden ser la diferencia que hay entre la vida y la muerte para un herido, como fue en este caso, pero también para un infarto, un ictus, una embolia... ¿por favor, que somos personas!

Señores autoridades: el Día de Soba, cuando vengan ustedes a comer, perdón, ha sido un lapsus, a solucionar nuestros problemas, a lo mejor les invito a hacer una ruta turística por las carreteras de Fresnedo, Rehoyos, Aja, San Pedro, etc..., para que vean lo que es «no turismo» sino intentar sobrevivir cuando hay que ir a una farmacia en nuestro Valle. Viendo esto, ustedes comprenderán cómo son el resto de los servicios, eso sí ¿los animales cuentan con varios veterinarios!

Esta carta espero que sea publicada aunque no sea políticamente correcta. Les aseguro, tristemente, que es la realidad de este bello valle. Creo que en Soba debemos tener derecho a vivir.

DNI: 72.025.625