El PP denuncia los gastos en comidas y viajes en la Consejería de Industria

La secretaria general del Partido Popular de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, denunció ayer los gastos «despilfarradores» y «vergonzosos» que ha realizado esta legislatura el Gobierno de Cantabria con dinero público en viajes y comidas.

La diputada popular se refirió a las «dificultades» que ha tenido su grupo parlamentario para conseguir datos sobre los gastos de la Consejería de Industria, que dirige Miguel Ángel Pesquera, y concretamente de la empresa pública Sodercán. Señaló que únicamente se les ha facilitado datos de la contabilidad de Sodercán referidos al año 2005 de los que se desprende que el Gobierno de coalición PSOE-PRC «ha devorado el dinero».

Calificó lo sucedido de «despilfarro» y apuntó algunos conceptos como los más de 30.000 euros gastados en restaurantes de Cantabria en efectivo, es decir, sin utilizar tarjeta de crédito. Hay algunas facturas «vergonzosas», dijo Sáenz de Buruaga, y además se repiten en un día. Como ejemplo, dijo que el 16 de noviembre se pagaron dos facturas de restaurante por 2.711 euros y 1.888 euros.

La información solicitada al Ejecutivo sobre las personas que disponen de tarjeta VISA en la empresa pública no se ha facilitado, apuntó Sáenz de Buruaga, y únicamente disponen de los gastos realizados por esta vía durante 2005, que ascienden a 195.744 euros, de los cuales más de 122.000 corresponden al programa de internalización que es el referido a viajes.

Sobre este último, la dirigente popular precisó que según informó Pesquera en un pleno, «el consejero y su séquito» se gastaron en 2005 unos 372.000 euros en viajes por lo que, extrapolándolo a la legislatura, Sáenz de Buruaga apuntó que la cantidad rondará 1,5 millones de euros. Hay otro concepto, agregó, denominado «gastos varios» que «no sabemos lo qué es».

La diputada popular subrayó que el Gobierno de coalición «ha gastado dinero público alegremente» y «se ha dado la vida padre a costa del contribuyente». Mientras, indicó, «no hay suelo industrial» y el presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla, «va en taxi» y «presume de ser un hombre austero».