

Secciones
Servicios
Destacamos
J. GÓMEZ PEÑA
Sábado, 12 de mayo 2007, 03:12
«Nosotros y también los 6,5 millones de espectadores del Giro necesitamos saber si el que gana es el mejor». La frase de Angelo Zomegnan, director de la ronda italiana, resume la crisis de identidad que ahoga al ciclismo. Un deporte simple: una bicicleta, un corredor y una montaña. El que llega primera a la cima gana. O no. Eso era hace mucho tiempo. Ahora, el ciclismo transita por la era de la glaciación, de los arcones frigoríficos donde los tramposos guardan su sangre, su energía congelada para sacarla luego en las grandes carreras. La 'Operación Puerto' descubrió en mayo de 2006 un escándalo que dejó helado al pelotón. Justo entonces se disputaba el Giro, el que ganó Iván Basso, cliente de Eufemiano Fuentes, el médico que enhebró la red de dopaje madrileña. El señor del hielo. «Es deprimente. El Giro ha quedado decapitado», lamenta Zomegnan, que sólo encuentra un punto de optimismo: «Los equipos han comprendido por fin la gravedad de la situación». Notan el hundimiento. Por eso, apartan a todos los sospechosos y aceptan cualquier tipo de control. Todo para que la 'corsa rosa' se descongele.
El Giro no se cree su historia. En 1999, a Pantani lo tumbó su elevada tasa de hematocrito cuando ya celebraba la victoria. El ganador en 2000, Garzelli, dio positivo por 'probenecid' dos años después. En 2001 venció Simoni, que luego fue cuestionado por un extraño positivo con cocaína del que salió exonerado. Una edición más tarde, Hamilton fue segundo tras Savoldelli. El estadounidense inauguró en 2004 la lista de tachados por transfusión sanguínea Y lo peor llegó en 2006: Basso y Quique Gutiérrez, primero y segundo, respectivamente, ocupaban plaza en la consulta de Fuentes. El italiano ya lo ha confesado: era 'Birillo'. El valenciano aún se defiende. Eso sí, el ciclismo ya le ha juzgado: no le quiere, ni a él ni a los otros implicados, en las carreras del UCI Pro Tour. El ciclismo busca otra era tras la glaciación. Más sencilla: que el que gane sea el mejor. Más creíble. El código ético y el UCI Pro Tour llegaron en 2004. Desde entonces no hay más que campeones congelados: Heras, en la Vuelta 2005; Basso, en el Giro 2006, y Landis, en el Tour 2006. No hay espalda que soporte tanto descrédito.
Honchar, excluido
El Giro ha gastado un millón de euros en una campaña de promoción -'El Giro, pasión italiana'-, «para trasladarle a la gente que se puede practicar ciclismo y hacer un Giro sin trampas», destaca Zomegnan. Dinero para evitar la fuga de patrocinadores. Para recobrar el crédito. El Tour en 1998 tumbó a su buque insignia, el Festina de Virenque. El Giro apartó a Pantani en 1999 y ahora a Basso. La Vuelta sufrió el positivo por EPO de Heras en 2005 y las transfusiones de Hamilton y Santi Pérez en 2004. No quieren más. Víctor Cordero, director de la ronda española, lo anuncia: «Lo prometo. No habrá ningún corredor de la 'Operación Puerto' en la salida de la próxima edición». No ha tenido otra opción. Mientras Europa se descongela, sale del arcón de Fuentes -Ullrich fue enjuiciado en Alemania y Basso lo es en Italia-, España sigue bajo el hielo. La Asociación Internacional de Equipos amenaza con realizar un boicot a las carreras españolas a partir del 1 de agosto. Quieren un ciclismo a secas, sin hielos. Ayer, el T Mobile dio ejemplo y excluyó a Honchar del Giro: no ha dado positivo pero sus valores sanguíneos son dudosos. Fuera, pues.
En España, el Consejo Superior de Deportes (CSD) recomienda a los afectados que se entreguen, que confiesen. Será clemente: les rebajará las penas. Algunos ya se lo piensan. Hacen cuentas: un año sin correr y podrá volver. Por esa vía, la del 'sálvese quien pueda', se quiere romper la ley del silencio que ha convertido a este deporte en un parte de sucesos, de redadas, de juicios y detenciones.
Hoy, en la isla de Caprera, la que vio morir a Garibaldi, el Giro tratará de salir de esa nevera. Con una contrarreloj por equipos. Con Simoni, Cunego, Di Luca y Savoldelli como candidatos. Con Popovych, Ricco, Nibali y Rasmussen como alternativas. Con toda una historia detrás, la de una carrera que volverá a uno de los lugares preferidos de Merckx, Las Tres Cimas de Lavaredo, o a la Oropa de Induráin y Ugrumov. A las carreteras de Binda, Coppi, Bartali, Fuente. A la era donde todo era artesanal, el ciclismo y el dopaje. A antes de la glaciación.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.