

Secciones
Servicios
Destacamos
M. A. SAMPERIO
Domingo, 13 de mayo 2007, 03:44
María del Mar Colino, de 39 años, llegó a Cantabria en busca del apoyo de sus hermanos para hacer frente a la enfermedad de su hija, Leyre, de 20 años, que sufre un trastorno límite de personalidad desde los 15 años y ha intentado poner fin a su vida en varias ocasiones. Estos días ha sido trasladada a un centro terapéutico de Madrid para cumplir la sentencia que tenía pendiente por malos tratos hacia su madre. Estará seis meses.
«No puedo más. Llevo luchando desde que tiene 14 o 15 años y ahora necesito que se separe de mi porque, además, me han insistido en que pueden quitarme a mi hijo de 13 años porque mi casa no es segura para él. Leyre no puede vivir de forma autónoma, pero tampoco conmigo. Me pega a mi a su hermano; el otro día quemó las cortinas. Ha intentado suicidarse tomando pastillas,cortándose, incluso se tiró por la ventana. Yo tengo que trabajar porque soy viuda y tengo una pensión mínima», relata.
María del Mar vivía en Madrid con su marido -que no era el padre biológico de Leyre, pero la había criado como a una hija- y cuando llegó la adolescencia de Leyre comenzaron los problemas. «La verdad es que no me di cuenta. Comenzó a fumar porros y no soportar a mi marido. La convivencia se hizo cada vez más complicada. Luego, cuando murió mi esposo en un accidente laboral decidí venir a Cantabria, entre otras cosas porque aquí había recursos para tratar esta enfermedad».
Sin embargo, a pesar de que en Cantabria -María del Mar vive en Ampuero- ha encontrado el apoyo de su familia, el comportamiento de Leyre no ha mejorado. Ha estado en el Centro Padre Menni seis meses, pero este es el tiempo que dura el concierto. Ahora hay que pedir que la autonomía se haga cargo de la joven para un estancia más prolongada. También ha acudido a la Unidad de Trastornos de la Personalidad de la Clínica Mirapeix, pero su comportamiento no ha mejorado. En cuanto la medicación deja de hacer su efecto vuelve el conflicto.
«Me la devolvieron totalmente medicada -recuerda María del Mar- pero en cuanto se pasó el efecto... Me quemó unas cortinas y casi quema la casa. La médico de Ampuero gestionó su entrada en Valdecilla, pero allí me dijeron que era una enferma crónica y que no se podía quedar. Un psiquiatra me llegó a decir que 'cada palo aguante su vela'. No es la primera vez que los profesionales piensan que la solución la tengo yo como madre, pero eso no es así. Yo he padecido esa enfermedad y la ha superado. Además, padezco el Síndrome de Crohn y, de hecho, ahora mismo estoy de baja. ¿Qué quieren que haga?».
Cuando su hija salió de Valdecilla esta madre 'coraje' estaba desesperada. Sabe que ella sola no puede y no quiere cargar a su hijo con esta situación. Además, su familia la aconseja que abandone a su hija por su propio bien. «Quiero un centro donde pueda irse recuperando. Tal vez algún día podamos ser una familia normal, pero ahora ya no puedo más. Es triste para una madre esta renuncia, pero creo que si la dejo sola puede tocar fondo e intentar superar su problema, como me pasó a mi en su día». Ahora, de momento, Leyre estará seis meses en un centro ubicado en Brea del Tajo. Cuando vuelva su madre espera que esté ya arreglado su internamiento en el Padre Menni.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.