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Imágenes que ilustran el libro sobre la historia del Santander. A la izquierda, la sede del Paseo Pereda en 1923. A la derecha, Emilio Botín Sanz de Sautuola en 1950. / DM
Siglo y medio de «cultura Santander»
150 AÑOS DEL SANTANDER JUNTA DE ACCIONISTAS

Siglo y medio de «cultura Santander»

El banco celebra hoy en la junta de accionistas su 150 aniversario con la vista puesta en un nuevo crecimiento

FÉLIX VILLALBA

Sábado, 23 de junio 2007, 04:51

El Santander celebra hoy su junta de accionistas, que este año tiene un carácter especial porque el banco está conmemorando el 150 aniversario de su nacimiento. El banco aprovecha estos días para echar la vista atrás y hacer balance de su historia, pero sin dejar de mirar hacia adelante, ya que las celebraciones no le impiden abordar un nuevo intento de crecimiento mediante una adquisición, en este caso la del holandés ABN-Amro en asociación con otros dos bancos europeos.

Durante estos días, diferentes personas, entre ellas el historiador Pablo Martín Aceña, autor del libro que se presentó el pasado jueves sobre los 150 años del Santander, se preguntan sobre las claves del éxito de un pequeño banco local nacido en 1857 en una ciudad de la 'periferia' de España, que ha acabado por convertirse en uno de los diez primeros bancos del mundo.

En la conclusiones del libro, Martín Aceña considera que la clave del éxito del banco que preside Emilio Botín está en «lo que podríamos denominar 'cultura Santander', una combinación original de riesgo, dinamismo comercial, rentabilidad y crecimiento».

Hoy, esa cultura empresarial a a la que se refiere el catedrático de Historia Económica de la Universidad de Alcalá de Henares parece más vigente que nunca, ya que el Santander ha iniciado el siglo XXI con la misma audacia de siempre, y sin haberse cumplido una década del siglo ha sorprendido a todos con la compra del británico Abbey. Y lo vuelve a hacer al apostar por una operación novedosa en Europa en la que tres bancos intentan comprar a otro, como es el caso del intento de adquisición del ABN-Amro.

Esa cultura empresarial seguirá llamándose igual que la ciudad donde nació el banco, ya que cuando mayores cotas de internacionalización ha alcanzado la entidad más fuerte ha sido la defensa del nombre. Tras lanzar este año la campaña para la implantación de la marca única Santander en todas sus franquicias -con las excepciones de Banesto y el Abbey- la junta de hoy aprobará el cambio de denominación de la sociedad, que volverá a llamarse Santander a secas, desapareciendo el rastro de la absorción del Central Hispano. Haces años que desde el banco se defiende el nombre de Santander, tal vez como forma simbólica de defender una 'cultura' singular y exitosa.

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