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GUILLERMO BALBONA
Domingo, 24 de junio 2007, 15:11
El veterano e incombustible bluesman John Mayall, considerado el padre del blues blanco, recala en Santander el próximo 30 de julio en una actuación que tendrá lugar sobre el escenario de Tantín. El maestro de Manchester, que nunca ha abandonado las raíces y fuentes del blues, ha demostrado hasta la saciedad que se pueden cumplir muchos años con las botas puestas. A través de ese espíritu, John Mayall exprime todas las posibilidades del género reinventándose con la armónica, el teclado, la guitarra y la voz. Mayall, no en vano, inició a Eric Clapton en la música popular más internacional.
Su presencia en Santander se integra en el programa conmemorativo del Centenario del Centro Cultural de Caja Cantabria que viene desarrollándose desde el pasado mes de mayo.
El concierto de Mayall, previsto el próximo 30 de julio, será precisamente el de la clausura de este calendario escénico especial configurado por citas de danza, música clásica, teatro y lírica. La próxima propuesta se centra en el concierto de Los Ronaldos el 5 de julio.
Además de la capital cántabra, Mayall recalará este verano en algunas citas festivaleras de referencia como la de San Javier o en conciertos de programaciones festivas como la Vitoria. Sin embargo, pese a que iba a recibir un homenaje, no será posible su presencia en el Festival de jazz de Oviedo, una vez que el alcalde de la capital asturiana, Gabino de Lorenzo, ha anunciado el aplazamiento «indefinido» del programa musical justificando la insólita medida en «las molestias que el ruido genera en los vecinos».
Mayall, junto a la banda que le ha acompañado en buena parte de su carrera, The Bluesbreaker, celebró en 2003 su 70 cumpleaños con un nuevo álbum, 'John Mayall and The Bluesbreakers. The 70th Birthday Concert', y una gira por España.
El cantante y compositor, precursor del blues británico, es un referente de la música de las últimas cinco décadas no sólo por su carrera como bluesman si no por haber sido compañero y maestro de músicos como Eric Clapton, Mike Taylor o Mick Fleetwood, de Fleetwood Mac.
Mayall nació en 1933 en Macclesfield, un pequeño pueblo inglés cercano al centro industrial de Manchester. El mayor de tres hermanos de una humilde familia trabajadora, creció escuchando la inmensa colección de jazz de su padre para caer rendido a los pies del blues. Fuertemente influido por los grandes, como Leadbelly, Albert Ammons, Pinetop Smith y Eddie Land, a los 13 años se convirtió en un autodidacta del piano de su vecino, de guitarras prestadas y de armónicas de segunda mano.
El primer contacto de John Mayall con la fama no fue por su música. Siendo un adolescente, decidió mudarse y, dando cuenta ya de las excentricidades personales y las cualidades artísticas que se han sumado a su leyenda, se trasladó a la caseta del jardín de su casa.
Desarrolló una exitosa carrera como diseñador gráfico mientras que su manera de cantar y tocar blues pasaron a segundo plano, hasta que cumplió 30.
Desde 1956 a 1962, actuó al frente de dos bandas por puro hobbie: The Powerhouse Four y, más tarde, The Blues Syndicate. Fue entonces cuando los Blues Incorporated de Alexis Korner se convirtieron en pioneros de lo que se habría de llamar el 'boom del blues británico' de finales de los 60.
Alexis animó y ayudó a Mayall a mudarse a Londres, donde pronto se aseguró tantos conciertos en clubes como para poder hacerse profesional bajo el nombre de John Mayall's Bluesbreakers.
Después de que Clapton y Jack Bruce dejaran la banda para formar Cream, toda una ristra de músicos definieron sus raíces artísticas bajo el liderazgo de Mayall, quien se hizo conocido tanto por descubrir nuevos talentos como por sus contundentes interpretaciones del apasionado estilo del blues de Chicago con el que había crecido.
En 1969, con una popularidad incipiente en los EEUU, causó una especie de revuelo con el lanzamiento del directo acústico sin batería titulado 'The Turning Point', del cual el tema 'Room To Move' se vio destinado a convertirse en un clásico del rock. Durante los setenta fue aún más reverenciado por sus innovaciones jazz/rock/blues junto a músicos de la talla de Blue Mitchell, Red Holloway, Larry Taylor y Harvey Mandel. También acompañó a grandes del blues como John Lee Hooker, T-Bone Walker y Sonny Boy Williamson en sus primeras giras por clubes ingleses.
Entre la nostalgia y los buenos recuerdos, en los ochenta decidió reformar los Bluesbreakers originales para realizar un par de giras y grabar un concierto bajo el título de 'Blues Alive'. En los 90 destaca el lanzamiento de algunos álbumes de John Mayall que han establecido nuevos estándards del blues-rock. 'Behind The Iron Curtain', 'Chicago Line', 'A Sense of Place' y 'Wake Up Call'. También se adentró en la presesente década con clásicos modernos: 'Blues For The Lost Days' y 'Padlock On The Blues', este último con la colaboración de la gran leyenda del blues John Lee Hooker, quien ha sido gran amigo de Mayall desde los sesenta.
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