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JOSÉ MARÍA GUTIÉRREZ
Lunes, 2 de julio 2007, 02:25
El cántabro Abraham Roqueñi obtuvo su quinto entorchado mundial, en este caso en la modalidad de muay-thai, gracias a un combate casi perfecto, sin fallos, ante el tailandés Kit Sitphonlek, un rival temible con un palmarés que le situaba entre los tres mejores de su peso, el superwelter. El luchador de Torrelavega se mostró muy seguro sobre el cuadrilátero, sobrio, castigando insistentemente con sus puños la mandíbula de su rival pero sin descuidar nunca su defensa, vital ante las patadas y rodillazos de Sitphonlek, que sabía que sus eléctricas y mortíferas piernas eran el camino más directo para su victoria.
El oriental se vio completamente superado durante los primeros cuatro asaltos y no encontró ningún hueco por el que hacer daño a Roqueñi. Eso sí, demostró ser un gran encajador e, incluso, se lanzó a la desesperada a por la victoria en el quinto y último round sabiendo que se le escapaba a los puntos. Pero no hubo lugar para la sorpresa y Roqueñi se hizo con una justa y merecida victoria a los puntos, en una pelea magistral, en la que llevó siempre la iniciativa y coordinó algunos golpes espectaculares, convirtiéndose así en el deportista cántabro con más títulos mundiales a nivel individual y uno de los primeros a nivel nacional.
Las cerca de 3.000 personas que se dieron cita en el Palacio de Deportes de Santander disfrutaron con la victoria de Roqueñi y con el conjunto de la velada, organizada con éxito por Miguel González, director del Gym Michel de Laredo.
El segundo de los títulos mundiales que se ponían en juego enfrentó al francés Gregory Choplin y al belga Jan de Keyzer. El primero se impuso en una pelea dura y sin concesiones entre dos grandes referencias mundiales de los deportes de contacto. Choplin ganó a los puntos justa pero apuradamente, porque aunque dominó claramente los primeros asaltos, la espectacular reacción de un magullado Keyzer, empujado por el público, estuvo a punto de girar la senda de la pelea.
Resto de la velada
La velada se completó con otros cinco combates profesionales de kick boxing, reglas K-1, con un aceptable nivel, destacando las victorias de los luchadores Erdozaín, Egusquiza y Tchinda, todos ellos del gimnasio Kanku de Pamplona. Mientras, en pesos pesados se impuso por K.O. el belga Diop Hicham, sensacional, ante el rumano Bococci. La pelea entre Iván Rojo y Jordi Lucena fue nula.
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