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N. CAVIA
Martes, 3 de julio 2007, 10:05
Mira a su alrededor y reconoce que aún no ha tenido tiempo de dar un toque personal a su despacho, toque femenino que comenzará, eso lo tiene claro, por pintar las paredes de la Alcaldía, «que falta las hace». Llega al Ayuntamiento a primera hora, a veces precedida por la gran cantidad de vecinos que desde el primer día quieren reunirse con ella. Mercedes Toribio Ruiz ha vuelto a la Casona y ya empieza a notarse.
-¿Qué sensaciones tiene en esta segunda experiencia como alcaldesa?
-A nivel personal esta andadura, en lo poco que he podido ver aún, no tiene nada que ver con la anterior etapa, en ningún sentido. Pero independientemente de los problemas que nos estamos encontrando tenemos todos mucha fuerza y ganas para solucionarlos.
-Pero la experiencia es un grado...
-Desde luego, la experiencia es fundamental. En la anterior legislatura entraba de nuevas y ahora ya se a quien tengo que llamar en cada momento, donde encontrar o gestionar cada tema y además tengo la tranquilidad de confiar en la persona que, fuera de mi grupo, apoyó mi investidura. Me parece una persona honesta, que valora su palabra por encima de todo y que no ha pedido ninguna contraprestación, excepto la de trabajar en cada momento por los vecinos, por el municipio. En ese sentido estoy encantada, y eso tampoco tiene nada que ver con la anterior experiencia.
-¿Hay un contacto directo con la Unión Vecinal?
-Vicente Rodríguez y yo nos vemos cada día, comentamos todos los temas y compartimos las cuestiones que van surgiendo, además de reuniones que vamos programando en las que también participa.
-¿Ya se ha marcado una línea de trabajo?
-Si. La máxima a seguir es muy clara, trabajo, trabajo y trabajo. Ya conocía la dinámica del Ayuntamiento pero ahora la entrada ha sido más brutal que hace ocho años, es imposible ponerse a trabajar un día sin tener constantes llamadas a la puerta o al teléfono. De tal forma que, si bien ya teníamos diseñado el organigrama, el día a día ha ralentizado la decisión definitiva. Me gustaría tener más tiempo pero no solo para eso, sino para atender a los vecinos. Aún así, el resto de mis compañeros de grupo salen cada mañana a la calle para atender los problemas y se reúnen constantemente con el equipo del Parque de Obras y Servicios para atender las cuestiones más urgentes.
-Eso además de las grandes decisiones...
-En tan pocos días ya se nos han planteado temas de una gravedad general que nos están llevando mucho tiempo. Son temas que necesitan un estudio en profundidad que permita no dar al traste con una posible solución. Esto es una carrera de fondo y, en definitiva, lo que se nos pide es eso, dar soluciones y no crear más problemas de los que ya nos hemos encontrado. Poco a poco los iremos dando a conocer, pero lo primero es hallar la mejor solución.
-¿Cuál ha sido el primer paso a dar?
-Remodelar el organigrama, evitar personalismos a través de equipos de trabajo que faciliten el contacto con los responsables de cada área y acerquen los departamentos municipales a los vecinos, ganando en funcionalidad y operatividad. Se han creado equipos de cinco personas que se reunirán constantemente para engranar las comisiones y potenciar su funcionamiento. Vamos a combinar la experiencia municipal de algunos concejales con sus conocimientos profesionales y la disponibilidad de tiempo libre para emplearlo en atender las áreas municipales y patear la calle para dar respuesta a las necesidades de los vecinos y mejorar la situación del municipio. Todo ello a nivel experimental, estudiando su funcionalidad y, si fuera necesario, modificar el plan en beneficio de los vecinos.
-¿Y en cuanto a proyectos?.
-La búsqueda de una solución para Lombera está desde el primer día sobre la mesa. He hablado ya con la delegación de Fomento en Cantabria para posibilitar una reunión con el ministerio en la que encontremos, de la forma más rápida posible, una solución al problema generado por la construcción del paso a nivel.
-¿Le han sorprendido las primeras críticas de la oposición?
-En cierta forma si me sorprenden las manifestaciones realizadas por la oposición tras lo dicho en el pleno de investidura, en el que prometieron diálogo. Yo no les pido ni siquiera los 100 días de cortesía pero ya se nos acusa de inactividad cuando ha quedado demostrado que no podemos ni queremos parar un momento. Debo decir que si tienen miedo de que nos relajemos que no se preocupen, aunque lo que puede suceder es que quizás les sorprenda ver una línea de trabajo que, desde luego, no es la que ellos mantuvieron.
-¿Quedará tiempo para otras cosas?
-Apenas. Por ejemplo, nos ha llevado mucho tiempo reunirnos con los responsables de obras tan cruciales como la carretera a Puente Viesgo o la remodelación del entorno de la iglesia, porque el equipo de gobierno anterior no había informado de servicios afectados o problemas paralelos que podrían causar esas obras. Dos ejemplos, la carretera habría dejado inservible la senda peatonal entre Barros y Las Caldas de Besaya y en cuanto a la iglesia, han levantado todo el sistema de iluminación monumental de un conjunto catalogado como de interés patrimonial. Todo lo que sea proteger el patrimonio o los servicios municipales, las inversiones de nuestros contribuyentes nos parece prioritario.
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