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ALBERTO GATÓN LASHERAS
Martes, 17 de julio 2007, 03:27
Andan con líos electoralistas el candidato Rajoy y el presidente Zapatero respecto a la oferta de éste de 2.500 euros como prestación por nacimiento, deducidos de los impuestos y percibidos como única transferencia bancaria, en una iniciativa tramitada de urgencia y lectura única en las Cortes con modificación de las leyes del IRPF y de la Seguridad Social para su financiación. Demasiada prisa y demasiada demagogia porque tanto el PSOE como el PP han contribuido en sus respectivos gobiernos -por omisión y por acción- al menoscabo de la institución familiar, han despreciado la familia como principal fuente de bienestar y de riqueza solidaria de una cultura, han tolerado su discriminación fiscal y económica, han permitido su linchamiento demagógico y han ocultado que la familia es el cimiento de una sociedad porque sin hijos los pueblos desaparecen de la Historia.
El súbito interés del PSOE y del PP para que nazcan niños obedece a que nuestra sociedad ha dejado de sostenerse en una pirámide poblacional equilibrada con una base -niños y jóvenes- suficientemente amplia para que la cúspide - ancianos, enfermos, discapacitados- sobreviva con sus pensiones amparada en la Seguridad Social. No hay hijos en España ni la llegada -enriquecedora siempre- de los inmigrantes rejuvenece una pirámide invertida en la que el peso de la población mayor no es compensado por los jóvenes. Si no aumenta la tasa de natalidad en España en unos años la Seguridad Social, las pensiones, las ayudas por dependencia y el bienestar económico desaparecerán en nuestra hoy envejecida y mañana momificada sociedad, y ésta es una de las razones de la asignación de 2.500 euros por hijo; bienvenida sea, como son loables las leyes del PSOE de Dependencia, Inmigración o las prestaciones por lactancia, maternidad y paternidad. Pero que se olvide este gobierno y los que vengan de que sin recuperar la palabra familia cambie el índice de natalidad de España: por 2.500 euros los jóvenes españoles no van a empezar a tener hijos.
Gracias a las críticas, ataques y agresiones contra la familia en los sucesivos gobiernos del PP y del PSOE se requieren no 2500 euros por hijo sino miles de millones y mucho tiempo porque sólo habrá más niños en España cuando la familia recobre su prestigio como institución social por una parte y se asegure su financiación y ayuda social, legal, material, personal y económica por otra.
Para ello, por una parte, el Estado ha de destinar fondos para comunicar la belleza de la palabra familia y concienciar a la sociedad, en especial a los jóvenes, de que lo que importa es el ser y no el tener, que el sacrificio social y personal de tener un hijo merece la pena, que al dar vida se recrea la propia vida, que nada hay más bello y digno que ser padres, que los hijos son la riqueza personal y colectiva de un pueblo donde los ancianos en los nietos verán amparada su vejez, que cada hijo encarna el amor eterno, la entrega infinita, el compromiso absoluto, la donación única, personal e irrepetible de una mujer y un hombre.
Generosidad, sacrificio, entrega, oblación, donación, compromiso son términos que no se escuchan en la telebasura, no se leen en la prensa rosa, no se reflejan en la conducta de los iconos sociales, no se estudian en los planes académicos y no se viven en nuestra sociedad. Mucho dinero va a tener que invertir el Estado para que los jóvenes conozcan y aprecien la palabra familia y nazcan niños.
Y, en segundo lugar, echando cuentas material, sanitaria, educacional, personal y socialmente, criar un hijo en España entraña un gasto abrumador para cualquier familia, y 2500 euros no llegan ni para los pañales. Si el PSOE y el PP quieren que mejoren los índices de natalidad en España, para asegurar el futuro de la economía, pensiones y Seguridad Social habrá que designar 2500 euros por nacimiento y, además -y no como ejemplos cerrados sino ampliables- favorecer desgravaciones fiscales con las máximas bonificaciones por hijo, becas hasta el fin de los estudios, subvenciones alimenticias y sanitarias hasta los dieciocho años, transporte, libros, material escolar y guarderías gratuitos, aumento del tiempo de baja y su retribución por maternidad y paternidad, pagas extra y bonificaciones gradualmente más cuantiosas, prioridades y donaciones a fondo perdido para adquirir vivienda, sueldos y facilidades que posibiliten a la madre o al padre dejar el trabajo para cuidar la prole y ayuda en el hogar cuando la familia sea numerosa y trabajen los esposos. El Estado puede soportar ésta y otras cargas financieras, aunque sea recortando otras partidas presupuestarias, para dotar a las familias de un nivel personal, social, profesional y económico como mínimo igual al del resto de ciudadanos españoles y, a su vez, recuperar el significado de la palabra familia. ¿2500 euros por niño? Los millones de euros que hagan falta hasta remediar el envejecimiento y el suicidio generacional, por culpa del PP y del PSOE, al que se aboca, sin niños, la sociedad española.
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