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MARIÑA ÁLVAREZ
Domingo, 22 de julio 2007, 03:35
-¿Cómo sueña el futuro de Artesantander?
-Me lo imagino muy similar al actual, aunque sí es cierto que necesitamos una locomotora económica. Aunque está muy bien el apoyo institucional que recibimos, para que en la región quede el poso de Artesantander, para que aumente el coleccionismo, tienen que pasar años. Lo que supuso la UIMP para la ciudad se valora ahora, en los inicios no se era consciente. Me gustaría en un futuro ver Artesantander como una feria querida por la ciudad.
-¿Un Arco a escala regional?
-No, los parámetros son distintos. Arco es la ley de la selva, una feroz competición, se concitan pasiones y anhelos de un año de trabajo, y España entera está volcada con esa feria. Artesantander tiene una escala más razonable, con pocas galerías, donde son muy importantes las relaciones personales, se convive con los artistas, cenamos todos juntos, se habla de arte... Todo esto crea un ambiente muy especial. En Arco no hay tiempo para nada más, y nunca seremos así.
-Menos mal que existe Cotauno...
-Sí, porque este proyecto posibilita favorecer a los artistas de aquí. Y Cotauno es el vehículo perfecto. Vienen críticos, directores de museos, y pueden ver a los artistas jóvenes de Cantabria.
-¿Feria de galerías o feria de arte?
-De galerías, pero también para el gran público. Vienen expertos de toda España, comisarios, críticos, se celebran mesas redondas... Nos gusta que la ciudad participe.
-En Santander hay muchas galerías, si sobreviven es porque el arte va bien, ¿no?
-Sí, va bien. Hay una gran tradición, desde la Galería Sur, con el trabajo de Manolo Arce, la influencia de la UIMP... Todo esto ha beneficiado al sector.
-¿Para vender es inevitable pasar por Madrid?
-Sí, la parte clave de mi negocio es Arco. Yo soy un galerista español gracias a Arco, mi 'mailing' surge de Madrid.
-Artistas cántabros más rentables.
-Nunca podría concretar... Hay artistas con los que estoy vinculado afectivamente. Tenía 27 años cuando abrí la galería Siboney, la misma edad que tenían los artistas que comenzaron conmigo, y llevamos toda una carrera profesional juntos. Tengo varios autores, como Mazarío, González Sanz, o Dis Berlín, que aunque no es de aquí se asocia a Siboney.
-La obra de la que nunca se desprenderá.
-Muchas. Tengo la casa forrada, un disparate, cuadros por el suelo, apilados... Y cada pieza tiene su historia. Muchas las asocio con acontecimientos familiares, como una acuarela de Chema Cobo de cuando nació mi segunda hija, o un collage de Sara Huete con fotos de mis hijos; esculturas de Dis Berlín de todos... Qué difícil. De ninguna.
-¿Y cuál está deseando perder de vista?
-No. Yo no he cambiado tanto. He incorporado artistas nuevos pero no perdí el respeto a los del principio.
-Coleccionar arte es para millonarios.
-Falso.
-¿Alguna vez le han colado una falsificación?
-¿No! En arte contemporáneo hay poca falsificación y poco delito. Si entran en Siboney a robar se llevarán el ordenador. Las falsificaciones van de Casimiro Sainz y de los paisajistas montañeses para atrás.
-Seguro que es de los que regala arte.
-Sí, claro. Hay que acertar, pero casi nadie se va a desprender de ese regalo y le acompañará toda la vida.
-¿Y a usted qué se le debe regalar?
-Soy muy agradecido, y tengo mis debilidades: Un libro o una tableta de chocolate. Y arte, por supuesto.
-¿Cómo reconocer el talento entre tanto artista nuevo y tanta nueva tendencia?
-No hay claves. Es el olfato de gol. Es difícil que aquel que está acostumbrado a oir música no distinga uno de otro, igual que el que más arte ve estará más capacitado para juzgar. Hay galeristas de dos tipos: los de olfato y los de oído, que no son especialmente sensibles pero prestan atención a los que sí lo son.
-¿Y todo vale?
-En general, sí. Creo que una obra se justifica porque detrás está un artista. El caso más claro lo tenemos en Picasso, todo lo que hizo lo convirtió en arte, hasta cerámicas, collages y un mantel firmado.
-Ha llorado al contemplar ¿qué?
-Quedaría como más romántico o mejor persona si respondiese. Pero no soy un hipócrita. Bueno, cuando he visto en directo las obras que estudiaba sí que me he sentido como si encontrase a un ser querido. Es emocionante.
-Y se ha reído con la obra de...
-Tampoco. Soy muy respetuoso. A mí me parece bien que la gente escriba y pinte. Animo a todo el mundo a crear. Aunque es patético cuando alguien se cree pintor por tener cuatro cuadros o escritor por haber escrito cuatro líneas.
-Hoy recogerá los bártulos y...
-Esperaré que los 32 galeristas se vayan contentos. El boca a boca es la mejor publicidad que podemos tener. Que los directores de museos, fundaciones, y galeristas hablen bien de Artesantander. En cuanto a cogerme vacaciones... Más adelante; algún día saldremos de viaje con los niños.
-El rincón de Cantabria que más se parece a una obra de arte.
-El interior. Soy más de interior que de costa, más de río que de playa, más de hierba que arena. Cuanto más cerca de la montaña, tirando hacia Palencia o Burgos, mejor. Obra de arte... Los Picos de Europa, seguro.
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