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El Parque de las Llamas

LADISLAO GARCÍA PARDO

Miércoles, 25 de julio 2007, 03:08

El parque de las Llamas está bien hecho, y creo que hay que decirlo. Ya echaba de menos un lugar donde el Respetable pudiera espatarrarse al sol tipo Central Park nuevayorkino. No es lo mismo, es más modesto pero menos da una piedra.

El edificio lateral donde, supongo, se instalará una cafetería o algo así, alberga un destacamento de Policía Local. Bien, así estos cafres que tan poco respeto tienen por los bienes públicos y el público en general, y que sólo parecen disfrutar destruyéndolo todo, espero que se sientan un poco cohibidos a la hora de practicar sus "artísticas pintadas sin arte ni concierto, o a la hora de explayarse en sus vandálicas diversiones. Y si se agarra a uno, leña al mono.

Buena idea también son los urinarios públicos instalados en la parte baja. Si queremos tener una ciudad turística debería poseer una buena cantidad de estos servicios como ya sucede en otras muchas. Así los hosteleros no tendrán que vigilar constantemente a los necesitados visitantes de la ciudad apremiados por tan escatológicas necesidades. Sólo una sugerencia Como ocurre en esas otras ciudades muy turísticas, cóbrese una nimia cantidad por su uso y páguese con ello a una persona que los mantenga limpios como una patena y con todo el material en orden para que no se conviertan en una nueva versión de la nefanda Mezquita de Ben Ahmear situada hace ya muchos años en los Jardines de Pereda que dejó tal huella en la memoria de los Santanderinos que pocos se acercan por aquella zona. Total medio euro no arruina a nadie e invita a respetar más las instalaciones públicas que la gratuidad tan deseada por cierto sector de la sociedad.

«No hay árboles», se quejan amargamente algunos visitantes. ¿Bueno, y eso que hay ahí que son? ¿Lechugas? Pues altas y delgaditas ya las veo. Y poco apetitosas, pero quizá la queja se refiera al desarrollo. Eso sí, hubiera sido una buena idea contratar al druida Panoramix, el de la aldea gala donde vive Asterix, el cual, sumergiendo las semillas en una poción mágica, habría conseguido árboles del tamaño de un castillo. Es que nuestras autoridades no piensan en nada y, mientras los árboles crecen, tenemos que pasear con un gorrito.

En lo que sí que han pensado es en nombrar cada especie en una plaquita con sus principales características. Bravo. Así sabremos diferenciar un abedul de una chumbera, cosa que es de agradecer, sobretodo, dada la exquisita educación urbanita que poseemos, y que nos hace colegir que los huevos salen de la nevera y la leche de un tetrabrick. Muy buena idea ha sido conservar parte de la charca pantanosa que existía en aquellos lares y en la que ya empieza a haber patos silvestres y, espero que dentro de poco, otras aves acuáticas. Tiene dos problemas. El primero es que las inefables gaviotas, esa especie de ratas con alas que van regando con sus excrementos cabezas y prendas de vestir de los viandantes, ya lo consideran feudo propio y campan por allí como Pedro por su casa. Digo yo que sería buena idea nombrar una especie de guarda antiintrusos, experto en el arte del tirachinas, que cuando las vea campar refocilándose a sus anchas por la charca, aplique el mandato bíblico de «ave que molesta, cantazo en la cabeza».

El otro son los mosquitos que allí puedan reproducirse. Bueno, de algo tendrán que vivir los fabricantes de repelentes y, además, la naturaleza es la naturaleza. Y habrá quien se queje de lo sucia que está la susodicha charca debido a las plantas acuáticas que allí crecen. Esto me hace recordar a un Director de Montes de los años 90 y tantos que, en un programa de RNE, se quejaba de que los montes estaban muy sucios y por eso había incendios forestales. Creo que tal "experto" se refería al sotobosque por las palabras que pronunció y ya no recuerdo literalmente pero ¿no es más cierto, que diría Perry Mason, que los incendios se producen por imprudencias o mala uva de ciertos humanos?

Ahora llega el turno de ruegos y preguntas.

¿Para cuándo la segunda fase del parque? ¿Tendremos que esperar a las próximas elecciones? Largo me lo fiáis, Mío Cid. Espero que no.

¿Se cuidará el césped para que podamos seguir tumbándonos a la bartola o se dejarán las clavas que vayan saliendo hasta que los terrados parezcan un burro con sarna?

¿Y los perritos? Porque si te tumbas y alguno de ellos ha dejado su opinión sobre la vida que llevan, se te pega a la espalda y te da el día. No veas como apesta su opinión. En un zapato, malo, pero en la espalda, 'pos ya te digo'. En zona de descanso, ni perro, ni gato.

Y un ruego. Hay gente que no tiene el menor deseo de rodar por los suelos por lo que no estaría de más algún que otro banco, a parte de los dos existentes. Y si queremos que la gente sea cívica y no ensucie el suelo, habrá que poner más papeleras. ¿No?

De todas formas y visto lo visto no cabe sino felicitar a los que tuvieron tan brillante idea, lo mismo que a los que la llevaron a cabo.

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