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El mundo de Chema Madoz recala esta semana en Robayera. / DM
El imaginario poético e irónico de Chema Madoz subraya el aniversario de Robayera
Arte

El imaginario poético e irónico de Chema Madoz subraya el aniversario de Robayera

Las creaciones del Premio Nacional se suman esta semana al programa expositivo de la galería de Miengo

GUILLERMO BALBONA

Domingo, 12 de agosto 2007, 12:55

Convierte lo cotidiano en material de asombro. Fija en el objeto un doble lenguaje sugerente, poético e irónico. En sus imágenes hay siempre un poso de humor y amargura; de provocación lúdica y visión abierta; de reflexión e ilusionismo nada banal ni superfluo. Es uno de los fotógrafos de mayor personalidad de este país, y uno de los artistas que ha logrado una comunicación más sencilla y directa con el público.

Chema Madoz, a través de un sentido de la expresión artística que combina lo visual con el acertijo emocional, la poética con una mirada iniciática, invita a descubrir el entorno por primera vez.

Madoz (Madrid , 1958), Premio Nacional en el año 2000, es el protagonista desde esta semana de la exposición de aniversario de la sala Robayera. El proyecto expositivo de Miengo cumple veinte años esta temporada desde que cundieran los primeros pasos a finales de los ochenta de la mano de Juan Manuel Puente, entre el escepticismo de unos y la indiferencia de otros.

Robayera, consolidado como un espacio singular de la gestión artística periférica y al margen de los grandes circuitos institucionales, acoge a partir de esta semana una nueva propuesta integrada en esta temporada especial para la sala de Miengo. Chema Madoz, referente obligado de la fotografía de los últimos años, expondrá, desde el próximo día 18 y hasta el 15 de septiembre, un conjunto de fotografías representativas de su creación, fechadas en su mayoría en los años noventa. Licenciado en Historia del Arte por la Complutense, Madoz simultaneó sus estudios universitarios con los de fotografía. En 1985 realizó su primera exposición individual, y en 1990 comenzó a desarrollar el «concepto de objetos», un tema recurrente en su obra.

Ha expuesto en decenas de ciudades españolas y también en Francia, Holanda, Estados Unidos, Portugal, México, Australia y Argentina hasta superar las cien exposiciones. Premio Kodak y Fundación Cultural Banesto, entre otros galardones, expuso su obra en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, cita que marcó un antes y un después en su celebrada e intensa trayectoria plena de juegos conceptuales.

La obra de Madoz, enraizada en el discurso surrealista, se define a partir de polos de atracción: «automatismo, sueño, sorpresa, ironía, humor y lirismo». Precisamente hace casi veinte años que Chema Madoz dejó de trabajar con la figura humana y se centró en los objetos.

A través de su querencia por el blanco y negro, que le da a su obra «un componente de abstracción que no posee el color y la emparenta más con el mundo de la imaginación al no tener esa referencia real», sus imágenes siempre se han caracterizado por revelar diversos niveles de interpretación, entre la paradoja, el contraste, el guiño, la metáfora y el hallazgo.

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