El Racing, la casa de los líos

El Racing sigue abonado al desbarajuste y lleva camino de protagonizar un arranque de temporada aun más pintoresco que el del año pasado. Los responsables del club, después de los excelentes resultados de la última campaña, insisten en tentar una vez más a la suerte: faltan cuatro días para su debut en la Liga, nada menos que frente al Barcelona, y aún tiene que fichar al menos a cuatro jugadores titulares.

Nadie puede discutir que la pasada Liga del Racing a punto estuvo de ser histórica, pero hay un abismo de eso a fijar como fórmula de trabajo la estrategia de esperar a que suene la flauta. No hay que olvidar que si el campeonato corrió por esos cauces fue gracias a la milagrosa presencia de Zigic, que ni siquiera estaba prevista, y que ya no volverá.

Hasta el momento, el Racing no ha gastado una perra en fichajes: Duscher y Jorge López llegaron libres; Jordi López, cedido, y por Brian Sarmiento, que por su edad debería estar con los juveniles, sólo debe hacer frente a los derechos de formación. Una vez vendido Zigic, cualquiera imaginaba que Pernía, con el bolsillo lleno, saldría de compras, pero últimamente todos los negocios acaban de forma extraña.

Misterios sin resolver

Primer misterio, el portero Orión. Resulta que mientras el Racing ya ha encargado camiseta para él, el propio arquero y su club de origen dicen que no hay nada de nada, y lo cierto es que en Argentina está. Según la entidad santanderina, todo responde a una estratagema para sacar un pico más.

Segundo misterio, el defensa Pablo de Muner. Este jugador, también argentino, tuvo menos pereza que su paisano para tomar el avión. Ayer mismo llegó a Santander, pasó el inevitable examen médico y no firmó. Según el Racing, no pasa nada, aunque no se recuerde caso semejante.

Tercer misterio, el delantero Smolarek. El ariete polaco del Borussia de Dortmund no dice ni pío, aunque tiene reservado sitio en el puesto más avanzado del Racing. Bueno, callado-callado no ha estado, porque en unas declaraciones al periódico 'Dziennik' ha asegurado que aún pertenece al Borussia, al que su contrato le tiene ligado por otros dos años, «y eso es lo más importante». Es verdad que el Borussia no es lo que era y que el futbolista aspira a más. También lo es que le han ofrecido una mejora en las condiciones (renovación hasta 2011 y 1,3 millones al año), y que no ha accedido. Según el Racing, le tiene atado por cinco años.

Difícilmente Marcelino, el nuevo técnico, podía imaginar que el proyecto al frente del que le colocaba el Racing era éste. El míster asturiano, que ayer negó que hubiese valorado la posibilidad de dejar el club antes de empezar (¿les suena de algo?), confía en las promesas que en su día le hizo el presidente para seducirle y alejarle del tentador Betis. Hoy por hoy el entrenador lo tiene complicado no para inventarse un once de garantías, sino para juntar a once jugadores.

Para empezar, basta con asistir a cualquier sesión de entrenamiento. Que faltan jugadores ya lo tiene claro todo el mundo. Pero es que también sobra gente. ¿Jugará Garay hasta que se venda? ¿Pedirá el técnico a Aganzo que dispute un par de partidos hasta que le manden un delantero aunque ya le ha dicho que no quiere nada de él? ¿Vitolo seguirá cumpliendo la tarea en La Albericia hasta que fuerce su cesión?

Menudo once

Imaginar un equipo titular, con ese 4-4-2 confesado, para plantar cara al Barcelona el domingo es un buen ejercicio para estimular la fantasía. En la portería, Toño, y a mano, un bote de pastillas para prevenir ataques al corazón. La defensa tiene buen arreglo: Pinillos y Luis Fernández en las bandas, y Garay -mientras no se diga lo contrario- y Oriol como centrales. El doble pivote, con Vitolo excomulgado, será para Colsa y Duscher. Hasta ahí, bien. Con los extremos tampoco hay muchas dudas, más que nada porque no se puede elegir: Serrano y Jorge López. Pero, ¿quién va adelante? Munitis, sí, pero hay que buscarle una pareja. ¿El juvenil Iván Bolado? ¿Jonatan Valle en su enésima oportunidad? ¿Tiene alguno de ustedes un sobrino que sea alto?