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EMILIO MORALES
Viernes, 20 de abril 2012, 16:01
Pepe vuelve al Camp Nou. Estadio que, desde la traición de Luis Figo, no había tenido ningún futbolista tan odiado como lo es ahora el central portugués. Y es que la historia de Pepe y el Barça parece la crónica de un combate de boxeo en el que el zaguero blanco siempre deja muestras de su pegada.
Todo empezó cuando el ingenioso Mou decidió usar al 3 como mediocentro defensivo. Es cierto que su improvisación desconcertó al Barcelona, y que su marcaje frenó las primeras internadas de Messi. Pero la cabeza del apagafuegos blanco no está lo suficientemente equilibrada para aguantar 90 minutos bailando con la más fea. En todos los clásicos, sin excepción, Pepe ha dejado su marca o sus tacos- en alguna parte del cuerpo de algún futbolista culé.
Una de sus acciones más graves se produjo en la ida de semifinales de Champions, en el Santiago Bernabéu. A mediados de la segunda parte, cuando el duelo se ensombrecía para los blancos, Pepe llegó tarde y con la plancha por delante a un balón dividido que se llevaba Alves. No lo llegó a tocar, pero la entrada fue brutal y pudo hacerle mucho daño al lateral del Barcelona, que exageró el dolor de manera desmesurada. Roja.
Sobre todo a partir de ese momento, la relación Pepe-Barça ha sido un continuo pulso. Cortes de manga por parte del defensa por ejemplo, el que le dedicó a la afición culé cuando Cristiano marcó el gol de la victoria copera-, que fueron contestados con insultos y abucheos por la afición rival. El aceite que bañaba el Camp Nou estaba caliente, pero lo peor aún estaba por llegar.
Chamartín, partido de ida de cuartos de final de la Copa del Rey. Messi cae al suelo y Pepe le pisa de forma alevosa la mano sin que el árbitro se entere. El central merengue se declaró inocente, y dijo que no había intención, pero sus excusas no le bastaron al entorno culé.
Fue entonces cuando el presidente del Barcelona, Sandro Rosell, decidió echarle más pique al asunto: Claro que nos llegamos a plantear denunciar lo de Pepe, y dejó caer que el Camp Nou podría arremeter contra el central portugués.
La llegada de Pepe al estadio de la Ciudad Condal fue como se esperaba, un auténtico hervidero. Aún así, pese a los pitos continuos cada vez que tocaba el esférico y a la eliminación del conjunto blanco, el jugador solventó el encuentro con una buena actuación.
El sábado Pepe vuelve al Camp Nou, su equipo se juega la Liga en el choque contra el eterno rival. Los precedentes del zaguero auguran que volverá a haber lío. Sin embargo, si mantiene la cabeza fría puede ser de los jugadores decisivos porque calidad como defensa le sobra.
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