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bruno vergara | Irene Bajo
Martes, 12 de septiembre 2017
La furgoneta empleada en la persecución policial que tuvo lugar en la noche del lunes al martes en las calles de Castro y Laredo, en la que hubo al menos un disparo, como muestra el vídeo grabado por un testigo, ha aparecido este martes ... por la mañana en una pista forestal del término municipal de Guriezo, según han confirmado fuentes de la Policía local de la localidad pejina. El vehículo, una camioneta 'pick up' de color blanco, había sido robada en Sopuerta. La Guardia Civil sigue tratando de localizar a los tres fugitivos, uno de los cuales está identificado.
Los vecinos de la calle Leonardo Rucabado de Castro Urdiales se vieron sorprendidos por la persecución policial sobre las 22:30 horas. Según fuentes consultadas por este periódico, todo comenzó en Laredo, cuando tres personas que viajaban en una camioneta 'pick up' robada de color blanco colisionaban contra otro vehículo y se daban a la fuga.
La Policía Local de Castro recibió entonces un aviso de la entrada en la localidad del vehículo sospechoso. Los agentes pusieron en marcha un dispositivo de búsqueda de la camioneta 'pick up', que fue localizada a las 22.45 horas en la calle Leonardo Rucabado, junto al colegio Arturo Dúo. En ese instante intentaron interceptarles, pero emprendieron «una alocada carrera», realizando maniobras temerarias y circulando por la acera, según precisaron fuentes de la Policía local.
Al parecer, la camioneta se dirigió hacia el monte y accedió a una pista forestal. Al rebasar en término municipal de Castro, es la Guardia Civil la que trata de dar con los sospechosos. La Ertzaintza también ha recibido un aviso de que los ocupantes del vehículo habrían podido entrar en Vizcaya, si bien todavía no se ha detectado su presencia.
«Nosotros cerramos por la noche y no hemos visto nada, pero los clientes esta mañana lo han comentado aquí. Decían que unos chicos en una furgoneta robada habían escapado de la Policía de Laredo. Pero hablo de oídas», dice un trabajador del restaurante Moros Bar, ubicado en la misma calle del tiroteo.
Este martes en la calle Leonardo Rucabado de Castro no se hablaba de otra cosa. Marius Rosta cerró su bar, que se encuentra a escasos metros de donde ocurrió el disparo, el lunes por la noche y en torno a la hora que en la que supuestamente sucedió todo. «Ando mosqueado, porque ni desde dentro del bar ni al cerrar el negocio escuché nada raro», explica.
Enseguida, una de sus clientas entra en la conversación contestando que ella sí lo escuchó desde su casa, aunque al salir al balcón no tenía ángulo de visión suficiente para ver lo que estaba pasando en la calle. «Yo escuché dos disparos a eso de las once y veinte», dice muy segura, «aunque cuando salí a ver la calle no vi nada, ni escuché la sirena de la policía». Este martes, en el bar, el disparo era la comidilla. Aunque también era el tema del día en la peluquería de Jackeline Hernández, que se encuentra justo frente al colegio Arturo Dúo. Algunas clientas creen que el tiroteo «ha sido un hecho aislado» y «no tienen miedo». Lo mismo opina Andoni Linares: «Es la primera vez que me entero de algo así en muchos años, y además el tiro lo debió dar la policía, que si son los otros sí que da más miedo».
José Manuel Arce reside en un bloque de pisos por encima de la calle Leonardo Rucabado y con la ventana abierta pudo escuchar perfectamente ese disparo. Sospecha que «son gente del pueblo de toda la vida, porque es lo que se está comentando. Van diciendo nombres y aquí nos conocemos todos», afirma.
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