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Elena Tresgallo
Viernes, 6 de abril 2018, 11:51
El osezno Beato ya está en casa. El equipo de veterinarios que lo atendió junto con efectivos de Medio Natural lo soltaron ayer por la tarde en los montes lebaniegos, tras haber permanecido más de dos meses el Centro de Recuperación de ... la Fauna Silvestre de Villaescusa. Aunque se ha tratado de evitar el foco de atención por el bien del osezno, el dispositivo para su suelta no ha pasado inadvertido para los habitantes de la comarca lebaniega, muy atentos a todo lo relacionado con el regreso de este famoso plantígrado.
Beato se hizo popular las Navidades pasadas cuando muchos vecinos se acostumbraron pronto a su presencia en las calles y montes cercanos a Cambarco, y los vídeos sobre sus incursiones nocturnas en el pueblo se hicieron virales en las redes sociales.
El animal, de corta edad, vagaba solo, sin su madre y tenía una pata herida. Por ello y por la falta de su instructora natural, el osito pronto se acostumbró a bajar a las poblaciones más cercanas a su entorno en busca de comida fácil. Apenas pesaba 30 kilos y le encantaban los frutales de algún vecino, y la carroña de los animales que le ponían para ayudarlo y darle medicación.
Aunque en sus inicios se optó por dejar al animal vigilado en su medio natural para ver si evolucionaba favorablemente, muchas fueron las voces conservacionistas que se alzaron para que se capturase al osezno y se procediese a curar su pata, además de averiguar qué le pasó.
Tras la tempestad llegó la calma y, el pasado 24 de enero, el equipo de Medio Natural que hacía el seguimiento al oso conseguía atraparlo con ayuda de tramperos expertos del Ministerio de Medio Ambiente que ya ayudaron en la captura de otra popular osa, la 'Güela'. Fue necesario reclamar ayuda porque Beato se había hecho algo sabio, pese a su corta edad, y no picaba en la trampa modelo culbert que le pusieron inicialmente para valorar su estado.
Los veterinarios que lo atendieron de su herida en la pata izquierda decidían a mediados de marzo que se encontraba razonablemente bien, y que ya podía hacer una vida normal. No obstante, el invierno se alargaba pese a la entrada oficial de la primavera y prefirieron esperar a que la nieve abandonase la comarca y la comida fuera más abundante para Beato.
Ayer por la tarde, fue el momento elegido para su suelta secreta que no lo fue tanto. El sol volvió a brillar para Beato, pero lo que pase en los próximos días, semanas o meses será fundamental para determinar su futuro.
Al oso pardo más popular de Liébana en pleno Año Santo se le ha colocado un dispositivo de control, un chip GPS para poder seguirle la pista. Ahora habrá que cruzar los dedos para que Beato no vuelva a las andadas y crezca sano y fuerte en el Parque Natural de Picos de Europa junto con otros plantígrados.
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