Los coches ya pueden pasar por la autovía A-8

De momento, el tramo de ocho kilómetros afectado por el desprendimiento está limitado a una velocidad de 60 kilómetros por hora, una medida provisional hasta que la autovía reabra por completo.

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Ahora mismo, el argayo ocupa solo el arcén y una parte del carril más cercano a la ladera desprendida. Los últimos trabajos que han permitido abrir parte de la autovía han consistido en la construcción de una escollera provisional, para la que hizo falta transportar 3.000 toneladas de grandes piedras. A su vez, se han colocado a lo largo de esta escollera unos carriles de seis metros de largo cada uno, que forman una hinca para impedir que las piedras se deslicen. Hoy se sigue, además, quitando tierra desprendida en lo alto del talud, la parte más complicada en los trabajos de reparación de los desperfectos.

Cuando todo el material que movió el argayo (se desprendieron 80.000 toneladas de tierra, barro y agua) consiga eliminarse se construirá una escollera fija por delante de la actual, con vistas a retirar la que ahora está instalada de manera provisional.

Llevará «meses» que el tramo de Caviedes vuelva a su estado original, según responsables de la obra. Se cuenta con que las lluvias de invierno compliquen los trabajos, pero aseguran que «aunque se ralenticen, los trabajos no se paralizarán».