Borrar
Los cientos de participantes formaron una extensa hilera a lo largo del recorrido, al inicio protegidos por paraguas debido a la lluvia que les recibió.
"Una senda hecha con los pies"

"Una senda hecha con los pies"

Medio millar de personas recorre la costa hasta la Virgen del Mar para rechazar las obras y pedir que se conserve su estado natural

TEODORO SAN JOSÉ

Lunes, 13 de octubre 2014, 07:49

Junto al sentimiento de satisfacción por haber participado en la marcha, sus caras expresaban asombro al recordar lo que habían observado durante el recorrido. «No puede ser, es increíble lo que están haciendo». «Eso de que el impacto iba a ser mínimo...». «Un despropósito y un dineral malgastado». «Que paren esas obras, por favor». A medida que el aproximadamente medio millar de participantes iba llegando a la explanada de la Virgen del Mar su pasmo oscilaba entre la indignación contenida y la incredulidad, y no ahorraban en expresiones críticas y ásperas contra lo que consideran un estropicio sin sentido en buena parte de la senda costera entre Cabo Mayor y la Virgen del Mar. Un destrozo por culpa de las obras que viene ejecutando la Demarcación de Costas para establecer una senda litoral que formaría parte de un corredor de rutas a lo largo de todo el litoral cántabro. Precisamente, la marcha de ayer tenía como objetivo eso, que la gente conociera la ruta y el espacio natural y se sensibilizara sobre la obra que se está realizando.

«Que no toquen más la senda. Al contrario, que la dejen como estaba». Todo el mundo se apuntaba a esta petición, a esta queja de Marisa Maliaño, una de las promotoras del movimiento social y vecinal que ha surgido de forma espontánea con el único fin de detener el impacto que estaban causando las obras en la senda litoral. «Y continuaremos adelante hasta que nos digan que se va a revertir el daño», concluye.

Cuantos llegaban, varios centenares, acababan de concluir de forma escalonada los diez kilómetros del recorrido. Lo hicieron sin muchas deserciones de por medio pese al intenso aguacero que les cayó, sobre todo al inicio de la marcha junto al faro de Cabo Mayor. Sin duda sorprendió la cantidad de personas que desafiaron al mal tiempo y que se implicaron por participar en esta marcha que había convocado la Asamblea en Defensa de la Senda de Costera de Santander. El propósito del colectivo no era otro que llamar la atención y dar la oportunidad a que la gente se conciencie «del espacio natural que tenemos en esta zona y de lo que están haciendo sobre él», señala otro de los iniciadores del grupo, Santiago Sierra.

Fila india

Embozados en gorros o capuchas, protegidos con chubasqueros, guarecidos bajo paraguas y bien provistos de botas y bastones, los alrededor de quinientos participantes iniciaron la marcha sin que la lluvia hiciera mella en el pelotón, aunque el agua obligó a andar con más tiento, sobremanera durante los primeros compases del recorrido. Aquel nutrido grupo no tardó en cribarse de forma natural y convertirse en una larguísima hilera, en una fila india obligada por la orografía y por el ritmo de marcha de grupos y familias.

También se producían reagrupamientos espontáneos. Sobre todo allí donde se han cebado las obras en ejecución, como en El Bocal o en el Panteón del Inglés; o para ver el innecesario empleo de argamasa en la reconstrucción de los 'morios' (tradicionales muros de separación de las fincas que se colocan sin ningún tipo de mortero) o para comprobar el exceso de vallas, estacadas, puentes y pasarelas a lo largo de una senda que se entiende debe ser natural -«Hecha con los pies», dicen; «aquí se viene a andar y a mancharse los zapatos»- y no sobre tablones.

Primaba el sentimiento de indignación por las obras ejecutadas «pues cualquiera que lo pasee ve el impacto brutal», apuntaba Marisa, responsabilizando al Ayuntamiento «del destrozo que se está cometiendo», señalaba esta iniciadora del movimiento, un colectivo que, afirma, «no va a parar hasta que nos digan que se va a revertir el daño. Como asamblea, el principal fin es paralizar la obra. No puede continuar esta barbaridad. La riqueza de esta senda no está en poder ver el mar desde ella; su gran valor está en la orografía, en la costa que recorre».

Asamblea el miércoles

«La gente lo ha visto», tercia Sierra. «La senda está descalabrada, desordenada y sin sentido. Y en algunas zonas, las obras no tiene justificación alguna» pues se trata de un terreno que consideran singular por su condición de único espacio virgen que le queda a Santander. «Y para mantener su esencia hay que ser respetuosos», sentencia.

Para continuar con su empeño de trabajar por este entorno costero la Asamblea se reunirá el miércoles en Cueto (19.30 horas) con el fin de marcar criterios comunes y solicitar el informe que el Ayuntamiento ha remitido a Costas para valorarlo.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes "Una senda hecha con los pies"