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Fue construida en el año 1917 por José Ramón de la Sierra para residencia de Ceferino Pérez y su familia.Tras pasar por varias manos, la empresa Sidecan se lo adquirió a Caja Viva y está procediendo a su restauración.
Los palacetes del Paseo del Alta

Los palacetes del Paseo del Alta

La restauración de 'Villa Luisa' amplía la estela de las grandes residencias familiares en General Dávila

Juan Carlos Flores-Gispert

Domingo, 28 de diciembre 2014, 10:44

La casa de las brujas ya no volverá a serlo nunca más. El palacete familiar del paseo del General Dávila recupera su nombre, Villa Luisa, caído en el olvido por el estado de abandono del edificio.La restauración que está realizando la empresa Sidecan, propietaria del inmueble, le devuelve a la vida. La restauración alcanza a los aleros, los tejados y las fachadas, las molduras originales, los azulejos modernistas que adornan su frente a la altura de la primera planta, las ventanas y puertas originales, el friso de mármol del portal de entrada y la escalera que une las tres plantas del inmueble.

Por dentro, Villa Luisa no conserva prácticamente nada original. Cuando Sidecan lo adquirió al banco propietario ya estaba vacía. El anterior dueño había derribado todas los tabiques, molduras, la mayoría de las puertas y buena parte de los elementos originales.Ahora Villa Luisa, se convierte en oficinas, pero devuelve parte de la historia a este paseo del General Dávila, antes Paseo delAlta, el más largo de Santander, que estuvo poblado de casas de familia y fincas de recreo. Quedan algunas muestras como Las Carolinas, hoy sede de la Asociación de Hostelería; La cubana, residencia de RamónQuijano; las fincas municipales Jado yAltamira y el hospital de Santa Clotilde, que fue palacio de verano de los duques de Santa Elena.

La residencia de don Victoriano López- Dóriga en la calle Sol

  • otros palacetes en el centro de santander

  • En la calle del Sol esquina Lope de Vega, Victoriano López-Dóriga ySañudo levantó a finales del siglo XIX una residencia de estilo francés para él y su esposa, Matilde López-Dóriga yLópez-Dóriga. Durante la Guerra Civil española, el palacete fue sede de la checa de Manuel Neila, comisario político. Después acogió dependencias de la Guardia Civil y fue cuartel de la Policía Armada y más tarde sede de los juzgados. Don Victoriano, dueño de los Astilleros de San Martín, fue presidente de los navieros españoles y de la federación española de clubes náuticos. Junto a su casa compró otras dos, para sus hijos María y Miguel, derribadas años después para construir bloques de pisos.

Villa Luisa destaca ahora en el paseo del Alta por su color blanco y amarillo. «Hemos dado este color a las fachadas suponiendo que podía ser el original, puesto que no hemos encontrado documentación alguna de cómo eran sus colores originales», explica el gerente de Sidecan, RobertoPrieto. Por encargo de esta empresa propietaria, el grupo Oponor está restaurando el edificio. «Se ha reconstruido añade Prieto todo lo que hemos podido para conservar este edificio centenario.Hasta las molduras de flores y hojas de las fachadas y se han reabierto ventanas que estaban cegadas. Las tres plantas y el sótano de 120 metros cuadrados se dedicarán a despachos.

Villa Luisa es un edificio que fue diseñado en 1917 por el arquitecto José Ramón de la Sierra Nales para residencia de Ceferino Pérez y su familia. En la planta baja estaba el recibidor, el salón familiar, el despacho del propietario, la cocina y los aseos. Se conservan las paredes del baño y sus azulejos originales. En la primera planta estaban los dormitorios de la familia, en las bohardillas, la zona de servicio y en la torre, los desvanes.

En Villa Luisa, ese palacete con corte modernistas vivió también la familia García delMoral. El edificio estaba asentado en origen en una finca de 2.000 metros que fue segregado en el año 1963 para construir los dos bloques de viviendas colindantes. Pegado al Instituto Pereda, aún se conserva el muro original que delimitaba la finca. Tras adquirir el edificio y la parcela actual de 1.200 metros a Caja Viva, los actuales propietarios la han segregado de nuevo y en la parte posterior promueven un edificio de viviendas que está construyendo Tecniobras.

En Villa Luisa también se recupera parte de la zona ajardinada y más adelante se reabrirá uno de los arcos de entrada actualmente cegados, para devolver la elegancia al acceso original de esta residencia.

Muy cerca de Villa Luis se encuentra Las Carolinas, sede de la Asociación de Hostelería de Cantabria, organización que adquirió la propiedad a Caja Cantabria por 75 millones de pesetas. La Caja a su vez, había adquirido la mansión y 5.000 metros de parque a la familia Gutiérrez Cortines.La entidad tenía intención de instalar en Las Carolinas un centro de formación para sus empleados pero desistió de la idea.La propiedad que ocupa hostelería es un tercio aproximado de la finca original. El resto había sido vendido por los propietarios para construir en la zona baja, en Perines, varios bloques de casas. Entre éstas y el chalé hay una zona dedicada a parque público.

La casa ya estaba construida en el año 1864, aunque ha sufrido varias reformas. Sus primeros propietarios fueron Juan Carlos Izaguirre y su esposa María del Prado, que regalaron la casa y finca a su hija Carolina (de ahí el nombre) con motivo de su boda con Ángel Pérez. La hija de éstos, MaríaPérez Izaguirre, se casó con Alberto Corral Alonso de la Puente, que realizó la primera transformación de la casa. Una de sus cinco hijos, María Corral, se casó con Manuel Gutiérrez Cortines. Vivieron en la casa hasta su fallecimiento, procediendo entonces sus descendientes a la venta de la finca, en el año 1993.

Pegada a Las Carolinas se sitúa La Cubana , que fue residencia de Ramón Quijano Secades y su esposa Milagro Pombo y sus hijos Ramón, Bárbara yJosé Antonio. Del matrimonio de Bárbara Quijano Pombo con José Pan de Soraluce y Muguiro, nacieron tres hijos,Emilio,Jose y Brianda. Don RamónQuijano Secades, que fue caballero de la Soberana Orden de Malta falleció el 13 de enero del año 1996. Era cuñado de ÁngelSanz Briz, el diplomático que salvo de morir a miles de judíos durante la ocupación nazi en Budapest. Milagro Pombo sigue residiendo en La cubana, una gran propiedad con destacado arbolado y en la que han pasado temporadas personalidades d la vida española. El día 3 mazo del año 1977, la prensa publicaba que «el presidente del Consejo de Estado, Antonio María de Oriol, acompañado de su esposa, Soledad Bustamante, llegó a las seis de la tarde de ayer a Santander, para pasar unos días de descanso, según informa Cifra desde esta ciudad. El señor Oriol y su esposa residirán en la finca La cubana, propiedad de un primo carnal de la señora de Oriol. El matrimonio pasa temporadas de descanso en esta finca».

En General Dávila hay dos residencia familiares convertidas en espacios públicos, ambas adquiridas por el Ayuntamiento siendo alcalde Juan Hormaechea: Villa Antonia a la familia de Salvador JadoCanales, y Quinta Altamira, a la familia Mora Armada. El Centro Cultural Salvador Jado y su biblioteca fueron inaugurados en 1987. Esta finca tiene 11.000 metros cuadrados, es parque público y cuenta con biblioteca municipal, centro social, zona de juegos, petanca y bolos. Tiene importante árboles, entre ellos algunos de América del Norte, autóctonos y tropicales. También tiene plátanos de sombra, castaños de indias, magnolios, pinos, tilos, cedros y robles americanos.

En el palacete de la finca Altamira está el conservatorio municipal de música de Santander y en la finca se han levantado dos edificios más para actividades de la tercera edad.En ella también están los primeros huertos municipales que construyó el Ayuntamiento. Altamira, de casi 11.000 metros cuadrados de superficie, se abrió al público el 27 de noviembre del año 1983. Dos años después, al palacete se trasladó el conservatorio municipal. La finca fue adquirida en 1982 por 30 millones de pesetas a los hijos de Julio de la Mora Garay, descendiente del indiano Juan de Abarca ySobrino, que llegó a Santander en el año 1825 después de la revolución mexicana y que participó en la fundación del BancoSantander, fue accionista del ferrocarril de Isabel II e impulsor de la urbanización de El Sardinero. Su hija María Regina se casó con Julio Mora y Varona y tras enviudar, en 1875 compró la finca y dos años después levantó la Quinta Altamira. La finca pasó al hijo de Regina,César Mora Barca; de éste a su hijo Julio de la Mora Garay y de éste a sus hijos Mora-Armada, que la vendieron al Ayuntamiento.

El hospital Santa Clotilde es uno de los pocos palacios que conserva Santander. Fue residencia de verano de los duques de Santa Elena y durante las estancias veraniegas de AlfonsoXIII enSantander fue lugar de fiestas de la clase alta y la nobleza. En 1938, la duquesa viuda de Santa Elena, Clotilde Gallo Díez de Bustamante, donó su residencia a la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. El palacio, hasta entonces llamado Bellavista, construido por los duques en 1870, se convirtió en un hospital para niños aquejados de tuberculosis o poliomielitis.

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