Se va de vacaciones y el vecino le ocupa la casa

Una vecina de Santander que se fue de vacaciones veinte días no pudo entrar en casa a su regreso. Alguien le había cambiado la cerradura y nadie abría la puerta. Ni a los timbrazos de los policías que durante horas intentaron que el que fuera que estuviese dentro, diera señales. Al final, el vecino de enfrente confesó que había sido él y fue detenido por allanamiento de morada.

Ocurrió a las once de la mañana de este pasado martes, día 18, en un piso de la calle cardenal Herrera Oria de Santander. A esa hora la dueña volvió a su casa después de haber pasado una temporada fuera de la ciudad y vio que la puerta estaba dañada y el bombín era distinto. Como no podía entrar, llamó a la Policía, que se presentó en el lugar a timbrar. Como no había respuesta se participaron los hechos al juzgado correspondiente. Hasta en dos ocasiones más ese día volvieron los agentes, pero sin conseguir nada, hasta que a las 17.30 horas, mientras la dueña ponía una denuncia en el juzgado y se habían quedado en la puerta unos familiares custodiando el domicilio, se presentó allí el vecino y dijo que había sido él.

Se trata de JJ. J. C., de 43 años, que explicó que había ocupado la casa una semana antes abriendo la cerradura con un destornillador. Al rato llevó a esos familiares varios enseres que había cogido de la vivienda para devolvérselos: un televisor, un vídeo, una caja de herramientas y dos escaleras. Más tarde se presentó él mismo en dependencias policiales, donde se procedió a su detención por un delito de allanamiento de morada.

El hombre contó a la Policía que había actuado "sin pensarlo mucho, que tenía problemas familiares y optó por entrar en casa de la vecina para alejarse de ellos". Tras prestar declaración, el hombre, que carece de antecedentes, quedó en libertad con cargos.