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Vehículos estacionados en Mataleñas. El único lugar autorizado hoy en día está en Nueva Montaña.
Santander estudia una solución para las caravanas sin competir con los campings

Santander estudia una solución para las caravanas sin competir con los campings

El Ayuntamiento dice que "hay un proyecto sobre la mesa" y una petición ya cuenta con 1.600 firmas para pedir "un área decente"

Álvaro Machín

Martes, 21 de abril 2015, 07:49

El proyecto está ya «encima de la mesa» de la actual concejala de Turismo de la ciudad. «Saben que estamos mirando terrenos», apunta Gema Igual respecto a las asociaciones de autocaravanistas. Explica que ya ha habido reuniones, que existe una «hoja de ruta» y que, de hecho, está entre los compromisos electorales de la candidatura de la que forma parte para las próximas elecciones. «Desde el Ayuntamiento de Santander se trata de habilitar un espacio y el alcalde ya lo comunicó en la sectorial de turismo del pasado 13 de abril».

Es la respuesta municipal a un colectivo que califica a la ciudad como «zona hostil» (así se define en una de las páginas más utilizadas por los usuarios de estos vehículos) y que, cada cierto tiempo, recuerda «lo que está dejando de ingresarse» por no contar con un área en condiciones para aparcar. No es nuevo. Se consideran maltratados y hasta perseguidos. Lo último, las más de 1.600 firmas recogidas en Change.org para una petición: 'Queremos un área de autocaravanas decente en Santander'. Su autor es Eduardo Gutiérrez, que publicó una tribuna en este periódico el pasado viernes. «La gente tiene a la ciudad tachada del mapa».

«Consideramos que relegar a los turistas que vienen a visitar Santander a la zona a la que actualmente lo hacemos es condenar a la ciudad y provocar que cada año tengamos menos visitantes», apunta Gutiérrez en su escrito (que firma junto a Javier Sierra). Se refiere al espacio que se creó en el entorno de Nueva Montaña, cerca del hotel que hay próximo a El Corte Inglés. Es el único habilitado en la ciudad (ahora en obras por el carril bici que atravesará ese espacio). Y pide un área «regulada, limitada, equipada, vigilada y controlada». Para retener a los viajeros que vienen en el ferry y a un turista que, en general, si puede comprarse una autocaravana «suele tener un poder adquisitivo medio-alto».

¿Hay algún proyecto en este sentido? Eso preguntó ayer este periódico. «De entrada, me gustaría decir que los autocaravanistas no pueden aparcar en la ciudad no por ser autocaravanistas, sino por las dimensiones de sus vehículos. Por supuesto que es un turismo que queremos potenciar. No pernocta, pero sí gasta en aspectos importantes como la hostelería, por ejemplo». Esa fue la respuesta. «Hemos estado en contacto -explicó Igual- con las asociaciones de autocaravanistas para decirles que lo íbamos a mirar». Con ellos y con los responsables de los campings -a quienes a menudo se acusa de estar detrás de la «persecución municipal» hacia estas 'casas rodantes'-.

El plan municipal se basa en estudiar con ambos colectivos aspectos como el tiempo límite de estacionamiento en este nuevo espacio, los servicios necesarios, el precio por su uso... «Porque queremos encontrar una solución pero no para hacer competencia a los dos campings que hay en la ciudad». Igual reconoce que la actual ubicación «se buscó sabiendo que no era una solución definitiva» y que optaron por ese espacio porque por allí pasaba una línea de autobús y estaba próximo a un hotel. «Pero se trata de encontrar una solución más céntrica», dice antes de insistir en que el proyecto está incluido en el programa electoral de su partido. ¿Y para cuándo? Eso dependerá de la propiedad del terreno elegido, de la obra necesaria, de los servicios que se presten y de la forma de gestión que finalmente se decida (de carácter público, privado...).

"No somos los malos"

O sea, de las condiciones, de las que se hablará, entre otros, con los campings. «Nosotros también estamos deseosos de que se haga un buen área de autocaravanas. Estamos interesados porque a nuestros clientes también les interesa poder ir a ver Santander. Pero no un tótum revolútum como ocurre en el parking de Liencres o en la playa del Ris. No abrir un 'prau' y ya está. Tendrá que tener un control, unos servicios, una calidad ambiental, una regulación... No somos los malos y no queremos que nadie venga a nuestros establecimientos obligado, pero cada cosa debe estar regulada, en su sitio». Esa es la posición de Pablo Alonso, presidente de la Asociación de Empresarios de Campings de Cantabria. «Todos queremos que se mejore esto, dar un servicio, pero el servicio tiene que ser bueno», apunta antes de reconocer que el proyecto «ya se está barajando desde hace tiempo».

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