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A primera hora, antes de que se colocaran conos de tráfico en las líneas continuas, los agentes dirigen a los conductores en el interior de la turbo rotonda.
Santander estrena su primera turbo rotonda

Santander estrena su primera turbo rotonda

La novedosa glorieta, instalada en el cruce de la S-20 y la Bajada de San Juan, tiene como objetivo mejorar la fluidez del tráfico y reducir los accidentes

Álvaro San Miguel

Miércoles, 21 de octubre 2015, 14:53

«El problema de las glorietas es que no se respetan las normas», dice la presidenta de la Asociación Cántabra de Escuelas de Conductores, Lucía Ortiz. «No nos hemos reciclado y la mayoría de la gente no las entiende», lamenta esta profesora de autoescuela que sigue empeñada en inculcar a sus alumnos que deben utilizar el carril interior de las rotondas cuando conviene, pero que siempre deben salir de ellas desde el carril exterior, sin cruzarse desde el interior. «Algo que casi nadie hace como debería». En Holanda se creó un modelo de rotonda que deja poco margen a la improvisación dentro de la glorieta: si quieres salir pronto de ella vas por fuera, y, si no, tienes que ir por dentro. Lo llamaron turbo rotonda porque, sobre el papel, obliga a utilizar todos los carriles y por tanto mejora la fluidez del tráfico. Ayer empezó a funcionar la primera turbo rotonda de Santander, que dejó algunas reacciones curiosas.

Uno se dirige a El Sardinero por la Avenida de la Constitución conocida también como la S-20 y cuando llega a la glorieta del Grupo Ateca debe negociar la primera turbo rotonda de la ciudad. Si coge el carril exterior el de la derecha solo puede desviarse en la primera salida (para llegar a Los Castros por la bajada de San Juan) o continuar por la S-20 hacia El Sardinero. Nada más. Una línea continua impide seguir la rotonda para coger la salida que sube a Monte, la que lleva al Grupo Ateca o hacer un cambio de sentido y regresar a La Albericia por la S-20. Para hacer cualquiera de estas maniobras tiene que entrar en la rotonda por el carril interior (el de la izquierda).

En el otro sentido pasa lo mismo. Si uno conduce hacia La Albericia, las salidas que suben a Monte o al Grupo Ateca, las dos primeras a mano derecha, solo son accesibles desde el carril exterior. Después está obligado a seguir por la S-20. Para salir por la cuarta salida hacia la Bajada de San Juan y enlazar con la avenida de Los Castros no tiene más remedio que meterse desde el principio en el carril interior.

La línea continua que separa desde ahora el carril exterior y el interior solo se abre al conductor en forma de línea discontinua frente a las salidas que desembocan en la glorieta desde la Bajada de San Juan, Monte y el Grupo Ateca. Esto permite a los conductores que llegan a la rotonda por estos accesos secundarios secundarios porque solo tienen un carril de circulación incorporarse a cualquiera de los dos carriles de la rotonda, según el lugar al que quieran dirigirse.

Reacciones curiosas

Agentes de la Policía Local se encargaron de vigilar la circulación en la turbo rotonda durante todo el día de ayer. No hubo accidentes, pero sí reacciones sorprendentes. Cuando se vio que los primeros coches se saltaban las líneas continuas para circular como siempre, se pusieron conos de tráfico para dejar claro por dónde se podía pasar y por dónde no. Aún así, algunos conductores que habían cogido el carril exterior llegaron a frenar la circulación cuando se encontraron con que la rotonda les escupía obligatoriamente hacia la S-20 y ellos querían seguir dentro de la glorieta hacia otra salida. Ni siquiera los conos de tráfico conseguían disuadirlos de que no podían saltarse la línea continua. Solo los agentes conseguían convencerlos, antes de que tiraran los conos, de que se habían equivocado de carril y debían seguir por la autovía hasta la siguiente glorieta para regresar después a la turbo rotonda e intentarlo de nuevo.

El concejal de Movilidad Sostenible, José Ignacio Quirós, concedió que, «probablemente, el funcionamiento de este nuevo sistema de regulación del tráfico requerirá de un período de adaptación por parte de los conductores, que deberán atender a las indicaciones de la señalización instalada en cada entrada de la rotonda para saber cuál de los dos carriles deberán tomar, en función de la dirección que sigan».

La señalización vertical a la que se refiere el edil dejó a algunos conductores con cara de sudoku y, al menos en sus primeras horas de vida, la turbo rotonda influyó en la fluidez del tráfico, pero de manera negativa. El Ayuntamiento confía en que los conductores vayan adaptándose al nuevo sistema y la glorieta importada desde Holanda ayude «a evitar los accidentes por impactos laterales con los conductores que utilizan exclusivamente el carril exterior». Algo que la presidenta de las autoescuelas asegura que ellos no enseñan.

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