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Diego Cobo
Martes, 5 de enero 2016, 19:03
La magia del cine se ha sumado este año a la magia de los Reyes de Oriente y todo de ha conjurado para que los malos augurios de viento y agua se quedaran en eso, augurios. El centro de Santander se llenó de gente para ver, atisbar y, si era posible tocar, a los Reyes Magos, para fascinarse con los colores y la música de una comitiva que este año estrenaba efectos especiales y se situaba, gracias a Stars Wars, más cerca de las estrellas que nunca. Casi 400 personas y 11 carrozas partieron de Gamazo en un recorrido totalmente vallado por seguridad y en el que, un año más, no hubo lanzamiento de caramelos.
En esa comitiva no han faltado, claro, los tres Magos, cada uno con su carroza y su séquito, el Misterio con la Virgen, San José y el Niño Jesús, carroza de fantasía y cisnes, carroza del reloj que marca la hora de acostarse para los más pequeños, carrozas con personajes infantiles, naves nodrizas y espaciales, con personajes de las Galaxias y efectos de láser y humo, pasacalles de personajes de Disney y de otros muñecos infantiles presentes cada día en los juegos de los niños.
No ha faltado la carroza de la Peña La Pera, los bomberos voluntarios, un grupo de camellos y otro de ovejas (todos de Cantabria) y "El ejército del amor", cuyo capitán general es Mario San Miguel.
Y hora y media después del inicio de la Cabalgata en Gamazo, Melchor se bajó entre aplausos a los pies del Ayuntamiento. Pasados unos minutos lo hizo Gaspar, entre vítores que retumbaban en Calvo Sotelo, el último tramo del desfile. Y poco después, Baltasar volvía a repetir la escena. La Cabalgata de Santander quiso volcarse en tromba con los niños. Y lo consiguió.
Durante todo el trayecto, los niños, acompañados de sus padres, marcaban el ritmo de una larga comitiva que también incluía a tres camellos que portaban los regalos que, esta amadrugada, repartirán en las casas de Cantabria.
Castelar, Puertochico, Paseo de Pereda y Calvo Sotelo sirvieron de antesala a un Belén viviente, al lado de la puerta del Ayuntamiento, que fue la última parada de la Cabalgata. Antes de alcanzarlo, mientras los villancicos sonaban por los altavoces y unas pantallas colgadas de las fachadas de la casa consistorial retransmitían la escena de la plaza, los Reyes Magos, acompañados por el Obispo de Santander, se entretenían en saludar y besar a los pequeños que se agolpaban en las primeras filas. «¡Baltasar, mi bici!», gritaba un niño junto a su padre mientras el segundo de los Reyes Magos, se adentraba en la pasarela que le conducía al Belén viviente. Sobre las nueve de la noche, el Ayuntamiento se empezó a despejar, ya que hasta entonces el centro de Santander se abarrotó de gente.
En Santa Clotilde
En la mañana, los Reyes Magos de Oriente Melchor, Gaspar y Baltasar han cumplido con la tradición, recuperada el pasado año con motivo del 75 aniversario del Hospital Santa Clotilde, y han visitado el centro de los Hermanos de San Juan de Dios antes de comenzar el desfile por las calles de la capital santanderina.
Tras adorar al niño en la capilla del Hospital, donde han sido recibidos por el Superior de la Orden, Juan José Ávila, han realizado un recorrido por las diferentes unidades del centro hospitalario, para visitar a los pacientes a los que hicieron entrega de un obsequio.
Para concluir su visita, los Reyes han mantenido un encuentro con los más pequeños que les transmitieron todos sus sueños para una noche mágica que ansían durante todo un año. Los Magos de Oriente han hecho además entrega de los premios a los ganadores del I Certamen de relatos y dibujo 'Misión en río Ébola'.
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