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«Han puesto a los carteros en la diana»

«Han puesto a los carteros en la diana»

Los repartidores de Correos pasan de la guasa a la indignación con el proyecto "absurdo" de convertirlos en 'smart carteros' y recuerdan al presidente de la empresa pública que "no tenemos tiempo ni personal suficiente para hacer nuestro trabajo"

Mariña Álvarez

Viernes, 29 de enero 2016, 07:07

Llueve a jarros (ayer jueves) y los carteros de Santander han salido a trabajar como siempre. Aunque no es un día cualquiera. Primero porque diez compañeros están de baja y tienen que cubrir entre ellos sus zonas de reparto y, segundo, porque han desayunado con la noticia de que el presidente de Correos ha firmado con el Ayuntamiento de Santander un convenio para convertirlos en «informadores» o «recopiladores de datos» de las incidencias que vean por la ciudad. Están tardando el doble en repartir aguantando los comentarios ciudadanos: «¡Oye, mira ese coche que está mal aparcado, hazle una foto! ¡Cartero, mi farola no funciona, a ver si haces algo!», le han dicho a Fidel Corral esta mañana dos comerciantes con El Diario Montañés abierto por la página titulada Santander tendrá smart carteros. Pero las risas iniciales han dejado paso a la indignación. «Primero que cubran la plantilla, y luego ya veremos si nos ponemos a hacer fotos a las cacas de perro que nos encontremos», señala José Luis Ortiz, cartero en activo desde hace treinta años. No escatima calificativos sobre el acuerdo rubricado el miércoles entre el presidente de la empresa pública, Javier Cuesta Nuin, y el alcalde de Santander, Íñigo de la Serna: «Han puesto en la diana a los trabajadores de Correos. Vais a informar para poner multas. Vale. ¿Y qué pasará cuando tengamos que llevar esa multa a la casa? Ha sido el cabrón del cartero, que ha sacado la foto. Y ya solo faltará que nos manden a nosotros a cobrarla también».

El alcalde dijo que los carteros se convertirán en «los mejores observadores urbanos» y el presidente de Correos aseguró que no pondrían ningún problema en desempeñar esta función de manera desinteresada «porque son personas extraordinarias». Pero resulta que tal convenio no se trató antes con los representantes de los trabajadores, «ni se informó ni se consensuó con los sindicatos», ha dicho Comisiones Obreras. Todos los afectados se enteraron el mismo miércoles por la tarde.

A Angelita Acebo le asaltaron ayer las televisiones nacionales.«Estamos indignados: lo primero, por la forma. Lo segundo, porque nos otorgan funciones que no son de nuestra competencia, sino de la Policía, de los agentes de movilidad o hasta de los operarios de limpieza». No entra a valorar la iniciativa del Ayuntamiento en sí, sino que critica que «se haga a través de los carteros. Que lo cubran con sus medios, con la de parados que hay. Que contraten».

El cartero Fidel Corral está a punto de jubilarse después de 40 años. Le quedan ocho meses. Y esto es «lo último que podía esperarme. ¡Hacerme agente del orden ahora!». No conoce a nadie que vea con buenos ojos lo de los smart carteros. «Lo hemos comentado esta mañana entre los 34 compañeros de mi sección y a todos nos parece absurdo». Y tiene claro que, si se pone en práctica, él se va a negar: «No pienso hacer ni una sola foto». Por varios motivos: «Porque vamos saturados, no me da tiempo ni a cubrir mi sección. Pero, aunque me diera tiempo: ese no es mi trabajo». Y lanza una reflexión a otro gremio: «Es como si le decimos a la Policía Local, hoy os sobran dos agentes, ponerlos a repartir correo, que andamos escasos».

Todos los carteros consultados por este periódico exponen, antes de opinar, la problemática de una plantilla mermada, «quemada», en la que no se cubren bajas ni vacaciones, en la que cuentan que se amortizan los puestos de las jubilaciones o los suplen con personal laboral a contratos «hasta de un día», aguantando que se justifique con que ha bajado el reparto de cartas sin mencionar «que se ha triplicado la paquetería y las notificaciones administrativas siguen creciendo».

Y ponen de ejemplo lo que pasó ayer en Santander: tenía que haber 64 carteros en las unidades de reparto 1 y 3, pero hubo diez menos porque están de baja. Entre los que quedan deben asumir el trabajo de los compañeros que no están, y abarca zonas tan amplias como Vargas, Peñacastillo, Nueva Montaña, Adarzo, El Alisal... «Es de locos, estamos flipando. Tenemos zonas sin repartir y me dicen que haga fotos a los coches», añade Ortiz, que pone por delante la profesionalidad de los carteros: «Intentamos sacar todo el reparto del día, el nuestro y el de los demás, de la mejor manera. Es nuestra obligación llegar a todo», por lo que piensa que la prioridad es que «el presidente de Correos se dedique a que la plantilla esté cubierta».

En la misma línea, Juanjo Hernández opina que Nuin ha demostrado «su ignorancia» sobre la realidad de los carteros y la plantilla de la entidad que preside, «que está totalmente quemada». Por lo mismo: porque no se cubren las plazas y porque los trabajadores fijos discontinuos en Cantabria dice que hay ocho tienen que ver cómo las vacantes no se cubren y se espera a suprimirlas en vez de tenerlos a ellos trabajando todo el año. «Les han contratado del 4 al 29 de enero, para no meterles los festivos y porque el mes terminaba en fin de semana. En plan usurero. Lo primero, señores, es tener a la plantilla contenta». Y el fantasma de la reestructuración planeando: «Ya está hecha, pero no han dado el resultado. Luego ya veremos cuántos puestos quitan».

Precisamente, sobre esas PDA en las que supuestamente tienen que ir recogiendo los datos de la ciudad también han hablado los repartidores: «Cuando nos las dieron fue el acabose. Nos dieron un cursillo de cuatro horas. A un joven le parecerá que está chupado, pero la edad media de los carteros es de 53 años». Un problema de medios que se extiende hasta a los carros que necesitan para llevar los paquetes: «Nos traen carros nuevos y se les rompen las ruedas». O con las motos eléctricas: «Se gastan una pasta, cómo molan las eléctricas, se hacen una foto y, después de año y medio, están flaman y aparcadas en la sede sin usar», cuenta Fidel Corral, que admite que tal y como están las cosas él es capaz de repartir «la mitad cada día. Y si mientras tengo que estar controlando las papeleras, las farolas, la basura y los coches mal aparcados... Tú me dirás». Pero es más que eso: «no somos agentes del orden, no queremos usurpar un puesto que no nos corresponde».

Y más cuando, apunta Angelita Acebo, la figura del cartero es "tan próxima " a los ciudadanos que piensa que se iban a convertir "en receptores de todo tipo de denuncias", en vez de dirigirse a un policía. Y ella, como el resto de sus compañeros, no tiene tiempo. Ni para "observar" la ciudad, como dijo el alcalde. "Yo puedo ver las cosas fuera de mi horario laboral, pero como cualquier persona. En mi horario no doy abasto con mi trabajo, estamos sobrecargados desde hace tiempo", dice. Un ejemplo: este jueves comenzó el reparto de su zona a las diez de la mañana "porque en mi distrito hay dos compañeros de baja y tuve que hacer antes lo suyo".

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