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Los pasajeros del vuelo cancelado con destino a Roma hacen cola en la oficina de Ryanair para presentar reclamaciones
La huelga aérea en Francia deja en tierra a cientos de pasajeros en Santander

La huelga aérea en Francia deja en tierra a cientos de pasajeros en Santander

Los seis vuelos de las conexiones con Bruselas, Madrid y Roma fueron cancelados y el aeropuerto Seve Ballesteros quedó sumido en el "caos"

a. san miguel| j.m. gutiérrez

Lunes, 21 de marzo 2016, 07:16

Cientos de personas de todo el norte de España, preparadas para iniciar sus vacaciones de Semana Santa volando desde Santander, se quedaron ayer atascadas en el aeropuerto Seve Ballesteros por culpa de una huelga de controladores en Francia. El efecto mariposa originado en distintos aeropuertos europeos, desde los que no se podía volar sin pasar por Francia, terminó afectando al aeródromo cántabro, que vio cómo se cancelaban sucesivamente las conexiones con Bruselas, Roma y Madrid, mientras que los vuelos que conseguían llegar a Santander lo hacían con horas de retraso. «Es el caos», resumió el gerente de la empresa Parking Parayas, Iñaki de Dios.

Vuelos afectados

  • Bruselas-Santander 14.30 h

  • Santander-Bruselas 14.55 h

  • Madrid-Santander17.00 h

  • Santander-Madrid17.40 h

  • Roma-Santander19.10 h

  • Santander-Roma19.35 h

Los vuelos cancelados fueron el Ryanair procedente de Bruselas que debía aterrizar en Santander a las 14.30 horas, lo que a su vez afectó al pasaje que debía salir hacia la capital de Bélgica a las 14.55 horas; el que debía aterrizar a las 17.00 horas procedente de Madrid y después salir a las 17.40 hacia la capital; el que tenía que llegar desde Roma a las 19.10 horas y partir hacia Italia a las 19.35 horas. El resto de conexiones del día, entre ellas la primera de la campaña de verano con Dublín, pudieron operar, aunque con retrasos.

El aeropuerto era un hormiguero de gente impotente y enfadada que buscaba explicaciones y, sobre todo, soluciones a los problemas causados por la cancelación de los vuelos. La larga cola formada ante la oficina de Ryanair para presentar las correspondientes reclamaciones era un rosario de testimonios de frustración. Al otro lado del cristal, se ofrecía la posibilidad de devolver el dinero del vuelo o cambiarlo por un pasaje para otro día o destino. «Pero el hotel y el coche de alquiler, ¿quién nos los paga?», protestaba Luis Alberdi, que se había quedado sin los cinco días de vacaciones que tenía previsto disfrutar en Roma junto a David Ardisana y Lucía Alberdi.

Estos tres ovetenses llevaban dos horas en la cola esperando explicaciones más allá de la maldita palabra de cancelado que vieron en la pantalla del aeropuerto. «En ningún momento la compañía nos avisó, por ningún medio, de que había huelga en Francia y que podía afectar a nuestro vuelo», expresa Ardisana. «La impotencia es total, porque se desentienden de todo», añadía mientras lamentaba la lentitud con la que avanzaba una cola sin fin.

Misma sensación que vivían Edurne Hoces, Jorge Francisco y Santi García, que, cuando ya estaban en el aeropuerto, recibieron un SMS para anunciarles una cancelación que ya conocían. Horas antes, cuando consultaron por internet, no había «ningún problema». Ellos, resignados, decidieron aceptar la propuesta de Ryanair de volar mañana a Pisa desde Girona. «Desde Santander a Roma es imposible hasta, por lo menos, el miércoles, porque hoy también hay huelga y el vuelo de mañana ya no tiene plazas disponibles», explica García. Eso sí, los gastos del desplazamiento hasta Girona corren por su cuenta.

Hasta los suministros de la cafetería se vieron afectados por el colapso que vivió el aeropuerto de Parayas en la tarde de ayer.

Autobús a Roma

El gerente de Parking Parayas explicó que el mayor problema era que la huelga está afectando a todos los aeropuertos de España, de manera que no se podía resolver la situación viajando por carretera para coger un vuelo en otra ciudad. «Además no hay billetes hasta el miércoles», precisó.

En vista de que sus clientes se quedaban sin vacaciones, Iñaki de Dios decidió organizar un autobús a Roma. Pidió presupuesto (5.900 euros) y se propuso juntar a 55 personas, empezando por las 15 familias que le había dejado el coche en la empresa hasta su regreso de la capital de Italia. «El problema es que son 20 horas de viaje, y eso echa para atrás a la gente». Al cierre de esta edición, Iñaki de Dios seguía intentando reunir gente para salir hoy a las seis de la mañana hacia Roma. «No hay otra manera de llegar hasta allí. La gente está empezando a anular sus vacaciones. Encima los seguros de viaje no cubren las incidencias por huelga, con lo que la gente está perdiendo las vacaciones pagadas y se está yendo de Santander con una pena enorme. Les hemos propuesto que al menos se queden en Cantabria, en algún hotel rural, porque vienen de todas partes: Asturias, Bilbao, Logroño... Algunos se han hecho 300 kilómetros para venir hasta aquí y se han enterado al llegar, por nosotros, de que no había vuelo».

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