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Marta San Miguel
Martes, 26 de junio 2018, 23:46
Empecemos por el principio, por aquellas elecciones de mayo de 2015, que acabaron con el bipartidismo en los ayuntamientos y gobiernos autónomicos. Llegaron nuevos colores, siglas y una nueva forma de entender la política que se concretaba no sólo en programas, sino también en la ... forma de elegir a los representantes de los mismos. El debate y la participación abierta se alejaba de la rigidez del 'dedazo' o las primarias que hasta ahora practicaban PP y PSOE, pero ese sistema asambleario no ha terminado de ser todo lo ágil y efectivo que hubieran querido.
Las asambleas ciudadanas y los procesos participativos auparon a los líderes vinculados a Podemos como una voz enérgica al amparo del 15M, y en cada región esa voz adoptó un tono distinto, el que fueron capaces de alcanzar entre la prisa y la urgencia por configurar listas e inscribirse para las elecciones a tiempo. Pero no todos los consiguieron.
Ahí llegaron las primeras alianzas de fuerzas populares, de líderes y bases en las que todos votan y que en el Ayuntamiento de Santander ha inoculado un virus de polémica constante. Ese virus ha mutado varias veces hasta llegar a la actual situación: una batalla campal de concejales expulsados, ataques de transfuguismo y un partido político que al parecer no lo es tanto.
Todo empezó hace un año. Tras las elecciones del mes de mayo, seis partidos entraron en las bancadas del consistorio de Santander: Partido Popular (con 13 concejales), PSOE (5), PRC (4), Ciudadanos (2), Ganemos Santander Sí Puede (2) e Izquierda Unida (1). En este momento, sin embargo, hay seis formaciones y un concejal por libre.
¿Qué ha pasado? Que una de esas formaciones se ha dividido en dos: por un lado está Ganemos, en la que se ha quedado sola la concejal Tatiana Yánez-Barnuevo, y por otro, Santander Sí Puede, una formación que no participó como partido político propiamente dicho en las elecciones, ya que no le dio tiempo a prepararse e inscribirse legalmente con esta única denominación. Tuvo que recurrir, como hicieron innumerables candidaturas municipales en todo España, al amparo de Ganemos, y ahora no puede, por tanto, ser considerado como grupo ni contar con concejal propio. Entonces, ¿qué papel tiene si se ha separado?
En los comicios, Ganemos consiguió dos ediles, ambos procedentes de Santander Sí Puede, pero ahora figura solo uno; Yánez-Barnuevo.
Antonio Mantecón, hasta la fecha su portavoz y número úno de la formación en las listas electorales, ahora es concejal no adscrito al haber sido expulsado, según denuncia, por su propia compañera de filas. Ella fue quien presentó un "expediente de expulsión" en el Consistorio para que dejara de ser concejal de este grupo en connivencia (siempre según Mantecón) con el PP, que no le avisó y siguió adelante con el trámite hasta echarle. "Es un atropello", dijo entonces el edil, que llamó a su hasta entonces compañera de formación "peón útil" del alcalde De la Serna.
¿Es posible que se hubieran unido la concejal de Ganemos y el PP para echar al portavoz, como denuncia Mantecón? Según defendió César Díaz, del PP, en un comunicado, nada más lejos de la realidad ya que "ambas formaciones están en puntos ideológicos opuestos". Entonces, ¿por qué motivo se produjo la expulsión?
Según el consistorio, por registrar después de los comicios otro partido (Santander Sí Puede) e intentar que este segundo aprovechara todos los derechos generados por Ganemos, marca que le amparó en los comicios de hace un año. El PP ha pedido reiteradamente al edil de la Corporación municipal que se vaya y le tacha de "tránsfuga".
Su expulsión se viene gestando desde hace varios meses por motivos que hablan de falta de entendimiento entre las partes. Ahí se incluyen también los dos cargos contratados como personal auxiliar, Susana Ruiz y Roberto Mazorra, a quien esta semana la Junta General de la Sociedad de Vivienda y Suelo de Santander ha expulsado de la comisión, tras haber revelado irregularidades en la construcción de viviendas de Protección Oficial construidas por el Ayuntamiento.
Sin embargo, con Yánez en solitario al frente de Ganemos, la versión que da Mantecón de la expulsión es bien distinta, o al menos más compleja. Apunta a motivos económicos "por no querer plegarse a los manejos de un individuo que se lucra con la marca". Y ese individuo es Juliá de Fabián.
De Barcelona a Santander
La razón que esgrime Mantecón para justificar que su acta de concejal está en el limbo político es un hombre que nada tiene que ver con Santander. Se trata del propietario de Ganemos, que más que un partido político es una marca que gestiona desde Barcelona y a la que recurrió Santander Sí Puede, la agrupación nacida y alimentada por los ciudadanos de la capital cántabra, para acudir a las elecciones con la infraestructura legal necesaria. La formación cántabra no estaba inscrita como partido político y, por tanto, no podía presentarse.
La expulsión dibuja entonces una paradójica situación, ya que a Mantecón lo han expulsado de una formación de la que ni era ni es militante: él es afiliado a Santander Sí Puede, partido que registró en el Ayuntamiento como tal el 11 de diciembre de 2015, no de Ganemos. ¿Cómo ha pasado esto?
La explicación pasa por el documento que, como publica EL DIARIO MONTAÑÉS en su edición de papel, firmaron Mantecón y Yánez-Barnuevo para conseguir sacar adelante el Grupo Municipal propio. Gracias al cambio de reglamento impulsado por el PP en el consistorio (se reducía de tres a dos el mínimo de concejales para contar con grupo propio), les permitió tanto a ellos como a Ciudadanos disponer de todas las ventajas que trae consigo: un sueldo para el portavoz, auxiliares para la gestión y una cantidad anual para funcionar. A esos acuerdos de fundación del grupo municipal, Mantecón también aportó, en ese momento, los estatutos de Santander Sí Puede.
La firma de ese acuerdo de fundación puso en solfa a Yánez-Barnuevo, que quedaba apenas sin poder ejecutivo. Sólo unos días después de haberse aprobado ese documento, que organizaba el uso del dinero del grupo, el tipo de reunión o el poder de cada uno de los miembros, la número dos de Ganemos presentó el escrito de expulsión de Mantecón. Y ahora, está solo ella.
En consecuencia, el Ayuntamiento sólo considera válida como interlocutor a Ganemos y, según Mantecón, detrás de su expulsión está la mano del alcalde, Íñigo de la Serna. Mientras tanto, Juliá de Fabián tiene también, a día de hoy, innumerables frentes abiertos contra sus métodos. Uno de ellos, en otro municipio cántabro (Camargo) donde el único concejal de Ganemos (vital para constituirse el gobierno local actual) fue expulsado, igual que le ha ocurrido a Mantecón.
En ambos casos, los expulsados denuncian lo mismo: que el dueño de Ganemos está usando a sus concejales para hacer caja, ya que les pide un porcentaje de lo que ingresan los grupos municipales que la marca ha logrado constituir en decenas de ayuntamientos.
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