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Ana del Castillo
Sábado, 22 de octubre 2016, 07:37
El avance de la avispa asiática por la cordillera Cantábrica parece ya imparable, aunque los servicios de emergencias regionales y municipales siguen haciendo lo que pueden para que, al menos, la temida 'velutina' no campe a sus anchas en zonas habitadas. Este viernes, los bomberos de Santander organizaron un dispositivo para atacar al menos cinco nidos en el entorno urbano. De forma simultánea, los bomberos del 112 se encargaron de eliminar otro avispero en Cicera (Peñarrubia). Al ritmo que se reproduce esta especie invasora, que en un par de años ha pasado de curiosidad a problema cotidiano, los bomberos cántabros van camino de especializarse en la destrucción de nidos. "Desde primavera no paramos", explica un miembro del cuerpo municipal.
Por la mañana, una dotación especializada del Ayuntamiento de Santander partió en ruta por distintos puntos del entorno de la Bahía para retirar, primero un nido en un árbol junto al colegio María Micaela, en Cañoza, después otro en un aparcamiento de la calle Joaquín Costa, otro en un vivero de Camargo, uno más en una empresa de Gajano y por último un nido en un árbol de 20 metros de altura en Solares.
El procedimiento siempre es el mismo: "Cuando el nido está bajo, se echa un espray para que no salgan y después lo metemos en una bolsa de basura. Lo último que hacemos es quemar el nido". Y cuando la avispa asesina monta su casa en lo alto de los tejados o en las copas de los árboles "se inyecta un veneno con una pértiga, se deja actuar un par de días para que vayan muriendo y después volvemos con una escalera, lo retiramos y lo quemamos".
Un procedimiento muy similar al que han seguido también este viernes los bomberos del 112 en Cicera, donde han retirado al menos tres avisperos.
"Las picaduras duelen"
A pesar de llevar trajes especiales para este tipo de intervenciones, los bomberos comienzan a acostumbrarse a las picaduras. Y por lo que cuentan, duelen. La solución pasa por un corticoide en el Hospital y un calmante en caso de que el dolor sea insoportable.
"Lo primero que tienen que hacer si les pica una avispa asiática es ponerse hielo sobre la picadura. "Nosotros llevamos en el camión hielo químico para que la picada no se inflame de camino a Valdecilla. Ha habido compañeros que han tenido hasta dos picaduras, y a uno se le puso una mano como una bota".
Los apicultores saben de lo que hablan los bomberos de Santander. Lo sufren todos los días. "La gente no sabe todavía a lo que nos enfrentamos. Es exponencial. El año que viene estará multiplicado por nueve", calculan los bomberos.
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