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Un sistema llamado Bitrasvase

Un sistema llamado Bitrasvase

Entre discrepancias judiciales y formalismos, el mecanismo ideado para llevar y traer agua es un gran desconocido para muchos cántabros

Álvaro Machín

Martes, 27 de diciembre 2016, 21:10

Saltó el titular, pero faltaban respuestas. Se supo que el Supremo iba a anular el Plan General de Ordenación Urbana de Santander, pero los motivos tardaron en conocerse. Al final, el Plan hizo aguas. Una frase hecha para explicar que el Alto Tribunal justificó su decisión en la "insuficiencia de recursos hídricos" derivada de la anulación del Bitrasvase del Ebro-Pas-Besaya, declarado ilegal un año después de aprobarse el PGOU. A partir de ahí, toda esa "maquinaria" pensada para llevar y traer agua se ha colado en el centro de la actualidad. Peticiones para modificar la Ley del suelo, legalizaciones pendientes, expedientes abiertos, ramificaciones jurídicas, ambientales y hasta políticas... Del Ayuntamiento al Gobierno pasando por el Ministerio y los tribunales. Corriendo como el agua por las tuberías y con el bitrasvase en todos los argumentos, aunque a muchos les falte el básico. ¿Qué es realmente el bitrasvase y cómo funciona?

Bitrasvases, en Cantabria, hay dos. Y conviene explicar uno para entender los problemas del otro. Por eso, hay que remontarse a 1980. José Fernández y Luis Cestelo, dos funcionarios del Gobierno el primero es hoy subdirector general de Aguas y el otro, el responsable del servicio de Planificación Hidráulica dibujan en un extremo de la hoja el pantano de Alsa, sobre Bárcena de Pie de Concha. Cuenca Norte. En el otro, el embalse del Ebro. O sea, Cuenca Ebro, lo que supone administraciones distintas y gestiones autónomas. Es el origen del Bitrasvase Ebro-Besaya, pensado para solucionar los problemas de una zona que, cuando sumaba las subidas del verano a unas necesidades muy vinculadas a la industria durante todo el año, acumulaba problemas. Por eso empezó la construcción del túnel de la Virgen de las Nieves. ¿Con que propósito? Trasladar el agua que en invierno "sobraba" en la Cuenca Norte al Ebro y almacenarla allí para llevarla de vuelta durante el verano y verterla en el Torina, afluente del Besaya. Un sistema en marcha desde 1983. Con la facilidad de que en uno de los viajes, el material viaja rodado, por su propio peso, a coste cero, mientras que en el de vuelta es necesario un pequeño bombeo. "Como curiosidad explican los expertos, 33 años después, las cantidades están empatadas. Hay años que hay desequilibrios, pero en el conjunto, las cantidades están equilibradas". Viajes de ida y vuelta.

Ellos recuerdan que a finales de los ochenta, Viesgo era la que explotaba Alsa para la producción eléctrica completó su obra en el Pico Jano con otro embalse artificial 350 metros más arriba con respecto al anterior. Con unas megabombas, la empresa cogía agua de Alsa para llevarla arriba durante la noche, cuando apenas se gasta energía y es más económico y, por el día, producía electricidad bajándola de nuevo en las horas de mayor consumo. Para ello, aumentó la altura de los diques de Alsa, con el permiso de la Confederación Hidrográfica, que exigió a cambio disponer de la mitad del caudal, que quedó repartido prácticamente a medias. O sea, se aseguró la gestión de los diez hectómetros cúbicos que hacen falta para el bitrasvase y que terminan en el Besaya. Fin de la primera parte.

Las necesidades

El caso es que en los noventa ya se atisba que la escasez de agua será un problema para Santander, especialmente en verano. Se necesita un remedio. La solución que se maneja pasa por un nuevo bitrasvase. Repetir la idea, pero con tres patas. Ebro-Pas-Besaya, el segundo. Inicialmente se plantea la necesidad de 15 hectómetros cúbicos para abastecer a la capital y finalmente se pasa a una cifra de 26 pensando en todo el eje costero y una buena franja de terreno hacia el interior. Tiempos de gobiernos de distinto signo con gestores en esta parcela como José Luis Gil (PP) o José Ortega (del PSOE, con el actual consejero de Industria, Francisco Martín, en su equipo). Desarrollos que se ponen en paralelo con el paso de los años a veranos imposibles, como el del año 2003 en Castro Urdiales, en el que hubo que traer agua hasta en camiones (estampas a las que se pone fin con la Autovía del Agua, que ya en 2004 abastece a esa zona).

Y todo, con cálculos que siempre han estado en la mente de Cantabria, en la que tradicionalmente se ha hablado de una "deuda histórica" por la construcción de un pantano el del Ebro que dejó importantes cicatrices sociales y consecuencias como unas nieblas que ya forman parte del paisaje de Campoo. Historias que aún hoy están sobre la mesa, igual que el hecho de que esos 25 hectómetros suponen escasamente un 5% de la capacidad de regulación del embalse del Ebro y en estos años pasados se ha estado bajando únicamente en torno al 1%. Por el tesoro que lleva el río se han "pegado" para regar medio país.

Todo eso está en el debate y en el proceso de la nueva infraestructura, que utiliza el agua almacenada en el embalse y, mediante conducciones, la lleva hacia la cuenca del Pas (Santander) y hacia la del Besaya (Torrelavega). Es la famosa "Y" que se dibuja sobre el mapa de la comunidad autónoma. Poner en el plano es una de las partes más interesantes de la explicación y la forma de encontrar los puntos de unión de los dos bitrasvases.

Usos comunes

Porque el túnel de la Virgen de las Nieves es común para los dos, aunque los puntos de captación en el embalse sean distintos. Están separados por poca distancia. Además, tanto el agua del Ebro-Besaya como del Ebro-Besaya-Pas necesita pasar por la planta de filtrado asociada a combatir el mejillón cebra. Evitar su expansión por cuencas distintas y sus efectos en las propias conducciones (llegan a taponarlas). Esa planta está en Bustamante (Campoo de Yuso), junto a las captaciones y a pie de pantano.

Captación, filtrado y paso por el túnel para adentrarse en el nuevo sistema. El diseñado para transportar hacia Santander y Torrelavega en verano y para devolver al Ebro en invierno. Lo primero es subir el agua hasta el Depósito de La Horca, en lo alto de un monte y que supone elevarse en torno a los 180 metros. O sea, bombear con sus correspondientes costes. Desde allí, baja por la divisoria de cuencas. Deja a un lado Silió y al otro, Luena. Hasta llegar a la bifurcación del sistema, el vértice de las dos ramificaciones, situado en Castillo Pedroso. A partir de ese punto un brazo viaja hasta las infraestructuras de captación que abastecen a Santander, en Santiurde de Toranzo, y otro a las de Torrelavega, en Somahoz, cerca de Los Corrales de Buelna. Todo estaba listo (inaugurado, de hecho) en 2007, aunque no funcionó hasta 2010. Diseñado para mover 26 hectómetros cúbicos, aunque hasta ahora se han trasladado del orden de cinco o seis (este año, 4,9). Pensado para llevarlos.

Pero también para devolverlos. ¿Cómo? Con tres puntos. Santa María de Aguayo requiere un bombeo de 170 metros y el doble espacio de Lantueno y Somballe, otro de 260. No es mucho. El problema es que entre los dos remontes es el nombre técnico de estas instalaciones suman una capacidad de ocho hectómetros, lejos aún de los 26 necesarios para saldar la cuenta con el Ebro. Por eso hay un tercer remonte. En Somahoz. Una ida y vuelta en toda regla, pero cuesta arriba y con la advertencia de novecientos metros de dificultad. "Sería el bombeo más grande de toda España". De Somahoz a la bifurcación y otra vez hasta el depósito de La Horca. Más que complicado.

Por eso, a día de hoy se siguen negociando, más allá de cuestiones judiciales pendientes, los términos de las devoluciones y las fórmulas para hacer viable el sistema. "El objetivo más importante del Departamento de Aguas del Gobierno de Cantabria es la gestión del bitrasvase, hacerlo sostenible". De hecho, Cantabria ha pedido en el programa de medidas de las Confederaciones sendos estudios para la mejora de los abastecimientos y la optimización para garantizar la sostenibilidad económica de este gigante conforme a las reglas "que habrán de establecerse en el Plan Hidrológico Nacional". Trabajos que suponen, sumando unos y otros, un importe de 440.000 euros.

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