Abre en el Paseo de Pereda la nueva joyería Bannatyne, sucesora de Presmanes

Presmanes está a punto de concluir una etapa y se acerca el cierre de sus instalaciones en la Avenida de Calvo Sotelo. Sin que haya fecha decidida y a la espera de liquidación de su stock de joyas de fabricación propia.

«El paso del tiempo, los cambios de modelo en el consumo y el haber alcanzado la quinta generación en esta empresa obligan al cambio». Lo dice Juan Pablo Bannatyne, responsable de la joyería en estos últimos años, que recuerda sin nostalgia «los buenísimos tiempos, cuando teníamos un taller en la calle Alta como el que no había igual en toda España, con 49 empleados. Y once despachando en la joyería. Mi padre, Santiago, fijándose en los buenos joyeros franceses, montó un taller que fue pionero. Trabajaba la fundición a la cera perdida». Este taller, adaptado a las necesidades actuales, pasa a formar parte de la nueva joyería Bannatyne del Paseo de Pereda. Banantyne también traslada a su nuevo establecimiento toda la experiencia de Presmanes y las primeras marcas, como Cartier, Constantin, Breguet, Hublot o IWC

Juan Pablo Bannatyne, junto a sus hijos, tiene una dilatada experiencia en el negocio. En Valladolid son propietarios de la joyería de más prestigio, Ambrosio Pérez, fundada en 1885. Además, tienen la representación de Tous en Cantabria y acaban de montar una innovadora tienda de relojes de línea moderna en la cale de Lealtd: Watchmaker.

Bannatyne es heredero de la larga experiencia de Joyería Presmanes, fundada en 1834. En 1948, tras el incendio, Presmanes se establece en Calvo Sotelo y «pocos años después se hacen a cargo del negocio familiar mi padre Santiago Bannatyne Presmanes y Gonzalo García Ruamayor», recuerda Juan Pablo. Fue en esta época cuando el taller se convierte en uno de los más punteros de España, «destacando por sus diseños propios y la alta calidad en la fabricación y piezas singulares». En 1970 se incorporan al negocio Juan Pablo Bannatyne y su primo Juan Carlos Pombo Bannatyne (fallecido en 2008), a los que les suman a finales de los setenta Gonzalo y Rafael García Buces.

La obra de la nueva joyería ha sido dirigida por José Piris, se han recuperado las vigas de roble del techo del local, los grandes pilares de piedra y ha reconstruido la fachada original del siglo XIX.