El Ayuntamiento de Santander lleva gastados más de seis millones de euros en carriles bici en la ciudad, donde ya son ciclables más de 27 kilómetros y eso que hace apenas nueve años que se empezó a ver la necesidad de restar espacios a ... peatones y coches para encontrarle un hueco a los vehículos de dos ruedas. Solo tres tramos de los 15 que están actualmente operativos no han corrido a cuenta de las arcas municipales: los que unen Ciriego con la Virgen del Mar y Ciriego con La Maruca (que fueron los primeros y corrieron por cuenta del Gobierno regional) y la pasarela entre Nueva Montaña y Raos, que ha sido financiada recientemente por el Ministerio de Fomento.
El municipio tuvo respaldo de las arcas regionales en un cuarto tramo, el que discurre entre el apeadero de FEVE de Nueva Montaña y el centro comercial Bahía de Santander. Y el trayecto que va de La Magdalena a Piquío -que costó casi un millón de euros- se sufragó con fondos estatales, a cuenta del Plan E con el que el último gobierno Zapatero regó a los municipios españoles.
En otros tres carriles (el del Parque de Las Llamas, el del Paseo Marítimo de la calle Castilla y el que discurre en el entorno del Centro Botín) no se puede calcular el coste exacto debido a que se abordaron en el contexto de una obra importante y se presupuestaron sin diferenciarse dentro de la misma. Pero los números dicen que el Consistorio ha destinado ya 5,7 millones en este tipo de vías, una cifra a la que hay que agregar el coste de esos otros tres que no se cuantifican por separado.
Plan de 104 kilómetros
Con sus 27 kilómetros de carril propio para bicis, Santander está todavía muy lejos de grandes ciudades como Sevilla, Madrid, Barcelona o Valencia que han hecho una decidida apuesta por este medio de transporte, al punto de que Madrid suma 195 km de vía para bicicletas, la capital andaluza con 180 km, Barcelona con 141 y Valencia con 120. Pero la capital cántabra aspira a no quedarse atrás y maneja un proyecto a diez años vista al cabo de los cuales se habrán añadido otros 77 kilómetros, hasta hacer un total de 104 de zonas para bicicletas que no siempre tendrán su área segregada.
La velocidad que lleva el Ayuntamiento con este proyecto no satisface del todo a Cantabria con bici, una activa asociación que en varias ocasiones ha reclamado públicamente a los responsables municipales que ponga más carne en el asador: se pide que se deje de considerar a las dos ruedas como un instrumento para el ocio y pase a ser un medio más de transporte.
Esta ambición, sin embargo, es totalmente compartida por el equipo de gobierno local, que va dando pasos en otros ámbitos de la movilidad (la construcción de escaleras y rampas mecánicas para salvar las grandes cuestas de la ciudad) pensando también en que los ciclistas pueden utilizarlas con la bici al hombro y salvar desniveles costosos.
La idea del PP es seguir construyendo carriles exclusivos al tiempo que se aprovechan las áreas en las que la ciudad tiene limitada la velocidad a 30 km/h. En estas zonas de 'calmado de tráfico' se quiere reforzar la señalización para que los ciclistas las vean como vías amables para ellos.
Los tres kilómetros entre Puertochico y el hospital Valdecilla, para finales de 2018
En el último trimestre de 2018, si los planes municipales se cumplen, Santander contará con un nuevo itinerario ciclista. El siguiente tramo planificado atravesará todo el centro de la ciudad, de manera que queden unidos Puertochico y el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, en el que trabajan unas tres mil personas que han venido demandando esta vía al Ayuntamiento. El nuevo trayecto tendrá una longitud de tres kilómetros y, en realidad, estará dividido en dos itinerarios, de ida y de vuelta, que no coincidirán totalmente. Crear este nuevo carril conllevará un gasto de algo menos de 900.000 euros, según la estimación inicial. Con la incorporación el próximo año de este tramo, la ciudad sumará un total de treinta kilómetros para bicicletas.
Los planes de futuro pasan por cuatro rutas principales por el núcleo más urbano y otros viales que se etiquetan como 'red secundaria', que serán enlaces entre esos trayectos principales y los trechos que recorrerán los pueblos del término como Cueto y Monte. Para los últimos años de la próxima década quedará un carril que seguirá la línea del Camino de Santiago.
Medio «competitivo»
Los datos que utiliza el Ayuntamiento señalan que la bicicleta es el medio de transporte «más competitivo» en tiempo a la hora de cubrir distancias urbanas de entre cinco y siete kilómetros, lo que hace la bici especialmente recomendable para una ciudad como ésta, en la cual las distancias medias que recorren los santanderinos no están muy alejadas de esta cifra.
El puente que ha unido Raos con Nueva Montaña, inaugurado hace poco más de un mes, es especialmente noticiable para los amantes de las dos ruedas porque enlaza a la capital con la parte sur de la bahía y abre posibilidades. Quedan dos tramos concretos en Camargo por diseñar y acondicionar que son importantes -como sigue demandando la citada asociación, que no entiende la falta de claridad del Gobierno regional sobre este proyecto-, pero la pasarela posibilita que alguien salga del centro de Santander pueda llegar dando pedales hasta el Parque de la Naturaleza de Cabárceno.
Este enlace fue diseñado inicialmente como un simple paso peatonal. El Ministerio de Fomento revisó el proyecto para ampliarlo y reconvertirlo también a vía ciclista al darse cuenta del potencial. La inversión fue de 1,3 millones de euros.
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