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Los obreros ya trabajan en las dependencias capitulares anexas a la catedral y que forman parte del conjunto del Obispado de Santander. La remodelación del edificio será integral y, cuando esté acabada, el inmueble construido en los años cuarenta, pasará de tener tres pisos ... a cuatro, aunque en el exterior no habrá cambiado pues las plantas tendrán menos alturas de manera que saldrá una más. Ademas, el edificio acogerá salas de investigadores y tendrá mejor accesibilidad al abrirse una puerta por la calle Obispo Plaza García.
El edificio acogerá las bibliotecas y archivo del Obispado y del Seminario Diocesano Monte Corbán. Las obras se ha iniciado por las plantas primera y segunda, reservadas al uso del Obispado y la catedral y a las que no entra el público, pues cuenta con la sala capitular y dependencias de uso del Cabildo catedralicio, biblioteca y salas de reuniones y viviendas de las religiosas que atienden la catedral, de la congregación de Santa María Madre de la Iglesia.
En el interior Las tres plantas se convertirán en cuatro, aprovechando las alturas actuales. Acogerá salas de exposiciones, dependencias capitulares y archivos.
En el exterior Se abrirán huecos en el muro, a la altura de la calle, para crear una entrada cómoda al edificio, incorporando un ascensor interior y excavando en la roca que soporta el edificio.
Zona museística Se podrá acceder a la torre que se conserva de la muralla del castillo de San Felipe, ocultos en un patio entre la catedral y la Casa Capitular.
La reforma tiene un presupuesto de 2,2 millones de euros, de los que el 75% (1,5 millones) lo aporta el Ministerio de Fomento a través del plan de restauración de bienes culturales. 200.000 euros aportará el Ayuntamiento y el resto el Obispado.
El edificio va a ser vaciado totalmente y será desmontada la cubierta para su posterior reconstrucción, de manera que, como indica la memoria del proyecto del arquitecto David Arce, «serán respetados los valores arquitectónicos propios del estilo del inmueble».
En la planta baja los obreros han entrado ya de lleno con el trabajo de derribo de los tabiques de separación de dependencias, salas de reuniones, aseos, almacenes y hasta una cocina. En la planta segunda el movimiento de muebles y almacenamiento de documentos y libros ocupa los días de los trabajadores del Obispado. Las imágenes de santos están rodeadas de cajas, los crucifijos descolgados de las paredes, los cuadros están en una esquina a la espera de ser transportados y los muebles recolocados por donde se puede antes de ser trasladados a los almacenes.
La sala capitular está presidida por la fotografía del papa Francisco y la gran mesa flanqueada por los retratos de todos los obispos de la diócesis, Sánchez Monge, Jiménez Zamora, Vilaplana Blasco, Del Val Gallo, Cirarda, Puchol, Beitia, Eguino y Trecu, Plaza García, Sánchez de Castro... Todo se moverá hacia otro lugar a la espera de ser recolocado el año próximo, cuando acaben las obras.
Además, la diócesis quiere recuperar el único muro que queda en pie del antiguo castillo de San Felipe o castillo del Rey, ahora oculto por las dependencias capitulares catedralicias, formando un patio entre la sacristía (que se sujeta en la muralla y por ello no fue derribada como el resto de la fortificación) y la Casa Capitular. Hasta se conserva una de las torres de vigilancia del castillo, la de la esquina suroeste. El muro tiene más de dos metros y medio de espesor y la reforma del conjunto permitirá subir hasta lo alto, pues se creará un mirador, con una vista desconocida de Santander, con los Jardines de Pereda y la bahía al frente.
El proyecto establece que se concentrarán en una sola planta las dependencias de uso privado catedralicio, que ahora están dispersas por tres, y que se albergarán en una nueva cuarta planta bajo cubierta de 300 metros cuadrados. Las otras tres plantas ofrecerán 700 metros cuadrados de uso público, que incluyen un espacio de usos múltiples de 300 metros cuadrados para museo y sala de exposiciones y conferencias y otro de 400 metros cuadrados para Archivo Diocesano, este último, en dos plantas.
El Archivo Diocesano incluye tanto documentos de las parroquias como civiles; de antiguos concejos y otras entidades territoriales, que abarcan desde el siglo X y sobre todo a partir del XVI hasta hoy. También el archivo alberga una colección de 250 pergaminos de monasterios cántabros, como el de Santo Toribio de Liébana o la Colegiata de Santillana del Mar, Castro Urdiales y el monasterio de La Canal, así como vistosos libros de cantorales de gran volumen que proceden del siglo XIII.
Según la técnico del archivo diocesano, Dolores Gutiérrez, sus documentos ocupan 500 metros lineales y crecen al ritmo de diez metros anuales. El 80% son documentos históricos. El archivo contiene actas de concejos, visitas a montes, libros de cuentas, etc. En estos documentos se puede investigar sobre demografía, epidemias, historia económica y cultura propias de Cantabria.
En cuanto al archivo diocesano, se encuentra en el Seminario Monte Corbán. Carece de instalaciones adecuadas, sin control ambiental de ningún tipo a pesar de que en él se conservan pergaminos (más de 250) y cantorales muy antiguos y delicados, algunos del siglo XIII. Tampoco cuenta con salas de investigación o consulta preparadas para ello.
Cuando el edifico esté renovado se convertirá también en atractivo turístico e histórico, pues se permitirá a los santanderinos y visitantes tocar el muro del antiguo castillo, un edificio histórico conocido por las fotografías de la época, pero que muy pocos sabían que se conservaba en parte.
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