Dragados, Ascán y Geocisa construirán el nuevo ramal de acceso al Puerto

Se trata de la segunda adjudicación de un gran proyecto en materia de infraestructuras por parte del Estado durante la presente legislatura tras la del ramal de continuidad de la A-67 entre Barreda y Rinconeda, que se aprobó hace un mes. Frente a los 109 millones de euros, la actuación del entorno de Raos será algo más austera. Después de la rebaja del 31% respecto al importe neto inicial, la oferta económica presentada por la UTE asciende a 17,2 millones de euros. El pasado lunes, el Ministerio de Fomento abrió los sobres con las 27 ofertas presentadas en tiempo y orden por distintas empresas para esta actuación, cuyas obras se licitaron en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el 1 de diciembre de 2017. Antes, en el mes de noviembre, el Consejo de Ministros ya había autorizado la puesta en funcionamiento de una obra cuyo coste entonces se calcula en torno a los 31 millones de euros.

Pero ese prefijo ‘pre’ antes de la palabra ‘adjudicación’ informa de que esta etapa administrativa todavía no está concluida. La propuesta de adjudicación definitiva se realizará una vez que se reúna la mesa de contratación y se hayan valorado e informado aquellas justificaciones solicitadas a aquellas empresas que hubieran incurrido en baja temeraria que pudieran poner en marcha la viabilidad de los trabajos.

El nuevo acceso al Puerto de Santander permitirá canalizar todo el tráfico de entrada y salida al puerto a través de un acceso independiente, se reducirá el tráfico que pasa por los enlaces de Nueva Montaña y Raos que, en estos momentos, constituye el punto de más intensidad de tráfico de la Red de Carreteras del Estado en Cantabria. Fomento comenzó a dar los primeros pasos para poner las máquinas sobre el terreno en 2010. El Ministerio, se dijo por entonces, veía la obra «con buenos ojos» y se comprometió a llevarla a cabo «en el menor tiempo posible». Más de siete años –y tres legislaturas y media– después, el proyecto está por fin adjudicado -o casi- y ha llegado a su última etapa administrativa.

Según la descripción de la obra, se proyecta una glorieta elevada sobre la A-67 que distribuye el tráfico entre el Puerto de Santander, Citrasa y la propia A-67. Esta rotonda que tendrá algunas características especiales. De entrada, se ha reservado el máximo espacio diáfano posible por debajo para «facilitar la circulación de los vehículos pesados en los viales internos de la Ciudad del Transporte». Asimismo, se ha reordenado la señalización en el entorno de la obra, de manera que se facilite a los conductores la toma de decisiones en condiciones de seguridad y comodidad.