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Sobre el gran espigón de 195 metros que se está construyendo en la playa de La Magdalena para evitar que las mareas arrastren la arena no se podrá caminar. Su superficie no será lisa, no habrá una 'tapa' sobre las grandes rocas que permitan ... el paseo. El Ministerio de Medio Ambiente ha resuelto la duda ciudadana y lo ha dejado bien claro: «La cara superior del espigón que se están ejecutando en estos momentos en la playa de La Magdalena está formada por na escollera de entre 2 y 5,5 toneladas, en función del lugar. Por sus características, piedras de gran tamaño con huecos entre ellas, no será una zona utilizable, por lo que el tránsito peatonal estará prohibido por motivos de seguridad».
Así que la escollera no estará preparada para el paseo. Las primeras críticas han surgido en el mismo momento en que se ha comprobado la dimensión de la escollera. En planos y en dibujos no parecía tan grande. Pero desde la playa o desde la terraza del balneario queda bien claro su tamaño. Ya hay reacciones. La asociación ARCA y el Grupo Alceda, de conservación del patrimonio, han convocado una concentración de protesta a mediodía del próximo domingo en el balneario por lo que considera «la alteración brutal de un paisaje natural singular, excepcional e irrepetible, a pesar de la falta de justificación e inseguridad de los dudosos resultados que se pretenden, como ya se ha constatado en otras partes de España», dijeron ayer desde ARCA.
Pero la obra sigue y se acabará. Ni la lluvia, ni la nieve, ni el frío, el calor o el viento sur están ralentizando la construcción del primero de los dos espigones en La Magdalena para conservar la arena de la playa y mantener el lugar como espacio de ocio. La obra, que desarrolla el Ministerio de Medio Ambiente con una inversión de 2,3 millones de euros y que ha sido reclamado desde hace veinte años por el Ayuntamiento de Santander, sigue adelante con el deseo de que antes de Semana Santa (quedan 25 días) una parte de la playa pueda ser usada por los visitantes para pasear porque, previsiblemente, el acceso al agua seguirá cortado mediante las vallas de protección instaladas cuando se inició la obra, el pasado 25 de enero.
El flujo de camiones con la roca que sirve para construir el espigón es continuo cada día por la avenida de la Reina Victoria, camino de La Magdalena. Cuando se acabe de construir este espigón que se adentra en la mar y parece (efecto visual) que llega casi hasta la Isla de la Torre, se iniciará la construcción de la segunda escollera, en la entrada a la playa de Los Peligros. Este espigón será singular, porque en su lado hacia la playa tendrá gradas y en superficie formará una nueva zona de verde, mirador hacia la arena.
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