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La frase de Yolanda Costas, casi al final, se escuchó nítida desde el otro lado de la puerta. «Lo que les pedimos es que nos lo mejoren, que nos pongan al nivel de los demás». Ella –una vecina más– ponía un ejemplo concreto para ... explicar las quejas que hay en los barrios de Monte desde el estreno del MetroTUS. Para decir que, a su juicio, por ahora, lejos de mejorar han «empeorado» con los cambios. «Hay gente que entra a trabajar a las nueve de la mañana y ahora está teniendo que salir de casa a las siete y media, cuando antes salían a las ocho y media». Fue una de las voces que sonó en el primer encuentro convocado desde el Ayuntamiento para escuchar a los vecinos hablar sobre el nuevo sistema de autobuses. Para escuchar y tomar nota, porque no hubo aún anuncios concretos de las posibles mejoras. «Ha sido productiva en el sentido de recibir las sugerencias y ver si son factibles o no son factibles», resumió el concejal Ignacio Quirós. Los de Monte abrieron la ronda.
«Lo que deseamos es que haya más frecuencias. Mucha gente dejaría su coche en casa y eso es lo que intenta el Ayuntamiento, pero, si no da el servicio, no se puede conseguir. Y ahora no se puede», comentaba Jacinto Vena.
Al acto acudieron representantes de la Asociación El Castillo-Ateca, vecinos del barrio a título particular (como Vena o Costas, por ejemplo) y también alguno de Peñacastillo y Cueto, aunque a ellos les tocará en los próximos días. Unas quince personas –se había limitado el número–, contando a dos concejales del Ayuntamiento (Quirós y Carmen Ruiz), técnicos de la Universidad de Cantabria y personal del servicio de transportes (TUS). «La cantidad de millones que se han invertido aquí para, al final, condenar a todos los vecinos de los barrios a perder una hora al día... Un cuarto de hora por la mañana, otro a mediodía, otro de regreso y uno más por la tarde», se escuchó desde fuera –porque se permitió tomar imágenes, pero no el acceso a los redactores–.
Entre lo más repetido, la petición de un mayor número de frecuencias –«En La Maruca, en Corbanera, teníamos un autobús cada hora y seguimos teniéndolo cada hora»–. Piden, al menos, que el paso sea cada treinta minutos. Y se quejan también del paréntesis en los intercambiadores. «Le han cortado para meterse por el Pasaje de Peña –comentaba Vena– y la gente mayor que quiere bajar a la Plaza ya no baja, porque no pueden ir cargados de La Esperanza al antiguo Simago».
«No queremos explicaciones, queremos soluciones». Y la única solución posible para Mariano Pérez Camus, presidente de la Asociación de Vecinos de San Román de la Llanilla, es «recuperar, tal como estaba», la línea 17, que unía su zona con Las Estaciones y ya no funciona igual. Pérez Camus dijo ayer que los vecinos están «indignados» y piensan «presionar» al Ayuntamiento. «A lo mejor tenemos que salir a cortar un poco la carretera», dejó caer.
Aun así, su asociación y un grupo «grande» de vecinos acudirá el próximo lunes a la Universidad de Cantabria, dentro de la ronda de encuentros que se están manteniendo. «A los de San Román los cambios nos han crucificado y no lo permitiremos».
Personas de edad avanzada y todo lo contrario. Costas contaba el caso de «muchos críos a los que antes se mandaba solos a los colegios y ahora no les puedes mandar». «Cogían el autobús en Monte y estaban cerca del colegio. Ahora tienes que aventurarte a que se bajen en Valdecilla y ellos solos tengan que coger otro autobús». Y aspectos más concretos. Cristian Torre, vocal del Barrio San Miguel en la Asociación El Castillo-Ateca, solicitaba que «se pongan unos microbuses para mejorar la circulación en el pueblo y llegar antes a la ciudad».
Quirós, por parte del Ayuntamiento, fue el que más intervino. «Aunque en doce días hemos ido detectando problemas y ya los estamos estudiando para solucionarlos, es necesario saber la opinión de los vecinos porque puede haber cosas que no hayamos detectado o que no le hayamos dado la importancia que ellos consideran», resumió a preguntas desde este periódico en la Escuela de Caminos. Luego, en una nota remitida desde el Consistorio, recordó que los vecinos ya fueron informados y escuchados «antes de diseñar el modelo, con carácter previo a la implantación de los cambios y de nuevo ahora una vez en marcha el nuevo sistema».
«No se escatimarán esfuerzos para resolver las dificultades iniciales, realizar los ajustes oportunos y lograr el funcionamiento óptimo del nuevo modelo, pese a las trabas de algunos grupos políticos que ni están ni se les espera cuando se trata de trabajar en positivo», reiteró el concejal, que dejó claro en el encuentro, en todo caso, que «el sistema ha venido para quedarse».
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