Un patrimonio de cerca de 1.200 obras

Su gestación se remonta a la inauguración de los edificios aeroportuarios españoles, dotados desde su origen de obras de arte para decorar sus instalaciones. Las obras que a día de hoy integran esta Colección y que, desde la firma del convenio, encontrarán su sede de referencia en Santander, se han venido adquiriendo durante varios decenios.

Ángeles Imaña, directora de Conservación y Proyectos Culturales de la Fundación Enaire del Ministerio de Fomento, explica que las piezas de la Colección actual permanente, de las que saldrá la selección inicial y otras posteriores para su exhibición en las naves de Gamazo, incluyen más de trescientos autores españoles e iberoamericanos, de reconocido prestigio, de Barceló, Barjola, Broto, Juan Genovés, Luis Gordillo y Cristina Iglesias, a Mompó, Soledad Sevilla, Sicilia, Palazuelo, Plensa, Úrculo, Darío Urzay y, entre ellos, los cántabros Juan Uslé y Juan Navarro Baldeweg. La creación de la Fundación, en 1995 condujo primero a inventariar la Colección, con piezas emblemáticas como 'Tauromaquia', de Juan Barjola, y Bañera, de Antoni Tàpies, que participaron en la exposición inaugural del Museo Reina Sofía. Imaña recuerda que a partir de ese momento se puso en marcha un plan de restauraciones y se establecieron los nuevos criterios de adquisición. Y dada la identidad de las obras ya existentes entre los fondos, se tomó la decisión de dar prioridad al arte español e iberoamericano desde la segunda mitad del siglo XX hasta la actualidad.

Tanto como AENA y luego como Colección de la Fundación Enaire se han celebrado en estos años numerosas muestras por todo el Estado. El Palacete del Embarcadero acogió precisamente a comienzos del pasado verano la muestra 'Espacio versus espacio', organizada por la UIMP y la Autoridad Portuaria, que daba cabida a quince obras de la Fundación Enaire. En paralelo la entidad ha ido conformando una destacada selección de piezas que integran la Colección de Obra Gráfica compuesta por más de 300 obras.

Finalmente la fotografía es el otro terreno de proyección de estos fondos. En 2005, antes de la crisis que frenó el mercado del arte y las adquisiciones, para paliar las lagunas que la colección tenía de este lenguaje, se emprendieron varias actuaciones: incorporar imágenes originales de grandes artistas contemporáneos, de Chema Madoz a Alberto García-Alix, entre otros; la convocatoria de un Premio anual y la configuración, fruto de ello, de una colección específica que abarca un centenar de piezas.