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Un hombre que estaba caminando por la calle agredió ayer a otro que pasaba en moto, derribándolo de una patada y asestándole un puñetazo cuando la víctima estaba ya en el suelo. Sin mediar palabra ni discusión alguna. No se conocían de nada.
La surrealista agresión tuvo lugar ayer miércoles sobre las ocho y media de la tarde en la Cuesta de la Atalaya de Santander. El motorista, de 59 años, paró en el semáforo situado al lado del colegio de Los Salesianos. Y justo cuando iba a emprender la marcha un peatón le dio una patada a la moto y lo tiró al suelo. No quedó ahí la acometida, ya que, estando ya el hombre tendido en el asfalto, le asestó un puñetazo en el rostro. Consiguió meter la mano por la visera del casco y le hirió en un ojo.
La sorprendida víctima pudo llamar a la Policía Local de Santander, a la que contó que alguien a quien no conocía de nada le había agredido. Los agentes localizaron en las inmediaciones al presunto agresor, R. D., un individuo de 44 años que estaba «en estado de embriaguez». Con los policías frente a él tampoco cesó en su actitud, ya que «se negaba reiteradamente a identificarse» y se encaró con los agentes «sin venir a cuento». Acabó detenido por un supuesto delito contra las personas y contra la seguridad vial.
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