Unas 150 personas piden a la alcaldesa que frene «la barbaridad» de los diques

Así, al menos, han calificado esta actuación Carlos García y Domingo de la Lastra, que este domingo han ejercido, respectivamente, de portavoces de la Asociación en Defensa de los Recursos Naturales de Cantabria (ARCA) y el Grupo Alceda, colectivos que se oponen a esta obra dirigida a evitar la desaparición de la arena en estas playas y garantizar su estabilidad.

Desde estos grupos, que además ponen en cuestión la realidad del problema que supuestamente ha justificado la actuación, se considera que en una zona tan «identitaria» de Santander, como su bahía, no se puede actuar de una forma «tan contundente» y creen que, si había que tomar medidas, hay alternativas «más blandas», «progresivas» y «aceptables».

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«Hay que dar vueltas a las cosas. Siempre salen cosas. Lo que sabemos y tenemos claro es que así no», ha aseverado De la Lastra, que considera que la solución no pasa por meter una escollera en medio de la playa.

Además, De la Lastra ha señalado que los dos millones de euros que, aproximadamente, cuesta esta actuación servirían para hacer las labores de mantenimiento de estas playas durante «al menos 30 años».

Estos dos colectivos han iniciado este domingo una recogida de firmas contra esta actuación que se remitirán a las administraciones involucradas y la próxima semana emprenderán una serie de actos en los que expertos expondrán su visión del proyecto con el objetivo de generar «un debate tranquilo» sobre este asunto y dar a la ciudadanía la participación que, a su juicio, no se les ha proporcionado desde el Ayuntamiento de Santander.

El primero de estos encuentros será el viernes, 9 de marzo, a las 19.30 horas, en el Club de Regatas. «La sociedad santanderina no puede permanecer al margen de una decisión tan trascendental porque es una línea roja, que si se cruz esto ya es posible cualquier cosa», ha advertido García, que ha señalado que, aunque la obra la está ejecutando el Ministerio, ha sido a propuesta del Ayuntamiento.

Tanto el portavoz de ARCA como De la Lastra (Grupo Alceda) consideran que la forma de proceder por parte de la Administración en este asunto es «no democrática». A su juicio, no ha habido en este asunto el proceso de información pública que era «necesario» y creen que en todo este proyecto ha habido una «enorme falta de transparencia», tanto en lo que se refiere a los detalles de la actuación, como en cuanto a la presentación de alegaciones.

También consideran que la propia obra se ha comenzado «un poco a traición», «de forma sigilosa y muy rápido». «Es como con una mala conciencia de alguien que va a ocasionar un daño polémico y entonces lo hace rápido siguiendo la estrategia de hechos consumados», ha opinado García.

Desde estos colectivos confían aún en la posibilidad de que los espigones, cuya ejecución ya está en marcha, se retiren y piden que sea «cuanto antes». «Si lo retiran nos estaremos ahorrando lo que queda de obra y con toda seguridad el daño que está provocando es más caro que retirarlo porque es el mayor recurso económico, ciudadano y de habitabilidad que tiene Santander: la Bahía y su paisaje», ha apuntado.

García considera que con este proyecto las Administraciones no están actuando de forma democrática y lo que se está haciendo es «ningunear» a la ciudadanía.