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ángela casado
Miércoles, 25 de abril 2018, 19:18
Un rorcual aliblanco de seis metros de longitud varó esta tarde en la playa de Bikini (Santander). La Cruz Roja recibió una llamada de alerta a las cuatro de la tarde informándoles de la presencia de la ballena y acto seguido se movilizó junto ... a efectivos del Medio Natural, Bomberos de Santander y de la Guardia Civil del Mar. A su llegada encontraron al animal sobre la arena, en la zona del Embarcadero real, con anzuelos clavados en el cuerpo unidos a cuerdas de redes de pesca. La operación de rescate se desarrolló en el arenal sin apenas espectadores o curiosos, a excepción de algún paseante que recorría la playa en aquel momento.
Una vez que le retiraron los anzuelos, y ayudados de una zódiac, remolcaron a este ejemplar hasta aguas más profundas, según explicó Pedro Díez, coordinador de Cruz Roja, quien señaló que el animal «se mostraba activo».
Los integrantes de la embarcación de Cruz Roja actuaron con rapidez, atando y asegurando al rorcual a la embarcación para evitar que se soltara. Con el cetáceo a modo de remolque, se dirigieron hacia la isla de Mouro y, cuando se encontraban en mar abierto, la liberaron. El traslado del cetáceo resultó más sencillo de lo esperado debido a la energía que mostraba, tratando de moverse desde que empezó a sumergirse en el agua. «En cuanto lo liberamos empezó a nadar, lo que facilitó el trabajo», señaló Díez. Una vez desatado el rorcual se alejó de la embarcación dirigiéndose hacia mar abierto.
En ningún momento se barajó retener al animal en observación o consultar a un biólogo ya que los efectivos de la Cruz Roja consideraron que tenía fuerza para nadar por sí mismo. La operación se llevó a cabo con rapidez pues una hora después de que la Cruz Roja comenzara a atenderlo, el rorcual ya se encontraba en libertad. No obstante, varias embarcaciones de la Guardia Civil continuaron vigilando hasta la última hora del día para asegurarse de que el cetáceo no volvía a acercarse a la costa.
El director del Museo Marítimo, Gerardo García Castrillo, señaló que este ejemplar de rorcual aliblanco, de seis metros, tenía las medidas habituales de un adulto; además, son animales bastante comunes en el Cantábrico y estima que, en los últimos diez años, ya han varado en las playas de Cantabria un par de ejemplares más. El rorcual aliblanco es el cetáceo más pequeño de esta familia y suele pesar entre 5 y 10 toneladas. Se trata de un cetáceo muy común que puede encontrarse en aguas de Europa, norte de África, Asia y América del Norte.
Esta situación de varamiento es poco habitual en la playa de Bikini y alrededores, donde no suelen encallar animales arrastrados por el mar. Sin embargo, en otros puntos de la costa cántabra sí aparecen con bastante frecuencia. Desde enero, han sido atendidas varias focas y dos cachalotes calderón, fauna muy frecuente en el Cantábrico. En el caso de las focas, si no muestran lesiones, los expertos recomiendan dejar al animal hasta que la marea suba de nuevo y regrese al mar por sus propios medios.
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