La OLA en El Sardinero levanta ampollas

Las voces críticas no se han hecho esperar. Los vecinos, hosteleros y comerciantes consideran que puede perjudicar la afluencia de turistas, ya que limitar el aparcamiento a dos o cuatro horas puede echar atrás a los visitantes. «No creo que nadie quiera pasar dos horas en la toalla y levantarse para dar vueltas con el coche para buscar otro aparcamiento», apunta el propietario de Dondenando y El Caribe –dos locales de restauración de El Sardinero–, Fernando Burgués. El resto de grupos políticos del Ayuntamiento han seguido la misma línea y también se han posicionado en contra de la OLA, especialmente por la «falta de alternativas» para desplazarse rápidamente hasta esta zona de Santander. Ante la avalancha de opiniones negativas, la Concejalía de Nalda ha dado un paso atrás y el edil asegura ahora que prepara un documento de trabajo para la modificación de la ordenanza que contará «con el mayor consenso posible y participación social». Esto, además, retrasará su puesta en marcha y las líneas azules no recorrerán El Sardinero y Reina Victoria este verano.

El presidente de la Federación Cántabra de Asociaciones de Vecinos (Fecav), Ricardo Saiz, no está a favor de esta extensión de la OLA porque considera que antes de hablar de aparcamientos de pago el Ayuntamiento debería abordar el tema de los aparcamientos disuasorios. «Hace años que se habla de ellos, pero nunca se hacen efectivos». Según su punto de vista, los turistas serán los «más perjudicados». «¿Van a tener que cambiar el coche de sitio cada dos horas?».

Comerciantes y hosteleros siguen la misma línea que Saiz. El secretario general de Coercán, Gonzalo Cayón, teme que esta medida empeore el comercio local. «Tal y como está la situación en Santander, no creemos que sea el momento de añadir más gastos». Considera que la OLA no debería afectar a los comerciantes. Burgués la califica directamente de «mala idea»: además de parecerle «discriminatorio» que el resto de residentes de Santander puedan aparcar allí sin pagar más y no a la inversa, también le disgusta porque los conductores intentarán aparcar en calles adyacentes sin zona azul y perjudicarán a los vecinos. El presidente de la Asociación de Hostelería, Ángel Cuevas, se mostró más cauto y expuso que ya tiene prevista una reunión con los hosteleros de la zona «para conocer cuál creen que es la mejor solución. Iremos al Ayuntamiento con las conclusiones».

El socio de gobierno del PP, Ciudadanos, no ve con buenos ojos implantar la OLA en El Sardinero y Reina Victoria. Al menos, mientras no se diseñen alternativas para que la gente pueda trasladarse hasta allí rápidamente por otros medios. «No sabemos qué se persigue con esta medida, no sabemos si va a ir de la mano de mejoras para los ciudadanos, como mayor frecuencia en las líneas de autobuses. Tampoco sabemos dónde van a dejar aparcar a los coches que vengan de fuera, no sabemos si los van a echar de la ciudad», enumera el portavoz de Cs, Javier Ceruti, quien asegura que «tenemos la sensación de que se está actuando por impulsos, sin hacer una valoración global». El portavoz socialista, Daniel Fernández, entiende que la limitación de aparcamiento «es un parche». «Cuando llega el verano, los autobuses van hasta arriba para la playa. Si se quiere apostar por la movilidad, se necesitan más frecuencias y más líneas». El regionalista José María Fuentes-Pila cree que esta es «una solución parcial y habrá que ver cómo la vertebran. Esta medida no recoge una visión completa de las necesidades de la ciudad en cuanto a movilidad, como aparcamientos disuasorios o un transporte público con acceso fácil a las playas».

Para el edil de Unidas por Santander, Miguel Saro, esto es «una muestra más de la falta de planificación del equipo de gobierno en políticas de aparcamiento y movilidad sostenible». También cree oportuna la creación de aparcamientos disuasorios «o una ordenanza limitadora que separe entre residentes y visitantes». El concejal de Vox, Guillermo Pérez-Cosío, cree que esta medida, lejos de «paliar el problema de falta de aparcamiento durante el periodo de verano, comienza haciendo lo contrario: suprimiendo algunos estacionamientos ya existentes con motivo de la remodelación de la Plaza de Italia. De no ajustarse bien la regulación, nos vamos a encontrar con decenas de vehículos en época estival dando vueltas por la zona para tratar de aparcar».