La infidelidad es un negocio

Los datos son incontestables: a día de hoy, 1,3 millones de españoles son usuarios de Ashley Madison, la web especializada en promover y gestionar infidelidades matrimoniales. Teniendo en cuenta que somos poco más de 47 millones, y que uno debe descartar niños y ancianos, además de solteros, cualquiera entenderá por qué los creadores de esta empresa que se promociona con el sugerente lema de 'La vida es corta, ten una aventura' acaba de distinguirnos como el país con mayor número de adúlteros por metro cuadrado de Europa.

Con presencia en 42 países y algo más de 30 millones de seguidores en todo el mundo, Ashley Madison desembarcó en España en 2011 convencida de que sería un buen lugar para ver crecer el negocio y no se equivocó. Cuatro años después, la web que vio la luz en Canadá de la mano de Noel Biderman allá por 2001, también estudia la forma de salir a Bolsa en Londres, una operación con la que podría recaudar nada menos que 200 millones de dólares.

A Biderman, un abogado de deportistas de élite hasta que descubrió la gallina 2.0 de los huevos de oro (la empresa genera actualmente ventas por valor de 115 millones), se le ocurrió montar la web cansado de bregar con las aventuras de sus clientes. Según parece, mientras se esforzaba en defender el honor y el dinero de sus representados, tomaba nota de los muchos negocios que tienen como fin alentar el adulterio masculino y de los pocos que están dirigidos a las necesidades de las mujeres. Este motivo, o al menos es lo que él cuenta, le llevó a esta particular cruzada en pos de la igualdad y a crear Ashley Madison, una floreciente compañía que permite a las mujeres usar el portal sin tener que pagar por ello. Solo cobra a los hombres que crean sus perfiles y mandan mensajes.

Ahora, poco más de una década después, el gurú de las infidelidades valora la posibilidad de sentarse en el consejo de administración de una empresa aún más grande, aunque para ello tenga que convencer al mundo de que el adulterio es un buen negocio.

Si finalmente se decide, y Ashley Madison sale a bolsa en el mercado londinense, Biderman habrá cumplido por fin su objetivo. En 2011, Canadá no vio con buenos ojos el producto por más que los portavoces de la compañía se esforzaron en explicarlo. Abortada la operación, cada uno interpretó lo ocurrido a su manera: la empresa lamentó que "prejuicios morales obsoletos" hubieran dado al traste con sus planes y la otra parte cuestionó la rentabilidad del negocio.

Aquello, en cualquier caso, pasó hace tres años y desde entonces Ashley Madison no ha dejado de crecer. Los nuevos estudios económicos aseguran que sus acciones podrían llegar a arrojar un beneficio anual del 19%.

Mientras Biderman convence a los inversores londinenes, la empresa prospera empujada en buena parte por su éxito en España, donde, según dicen, alrededor del 50% de las mujeres casadas estarían encantadas de mantener una relación extramatrimonial si su marido nunca llegara a enterarse. De manera que si está usted pensando en echar una canita al aire, Ashley Madison sus creadores la llamaron así porque en ese momento esos eran los dos nombres de mujer más comunes en Estados Unidos le ayudará a localizar a alguien dispuesto a cumplir su sueño a la vuelta de un par de clicks.

Confidencialidad

El éxito, dicen sus clientes, radica en la confidencialidad del servicio. Para entrar a formar parte de la inmensa familia que Biderman ha creado por todo el globo no hace falta colgar en la web ningún dato personal: ni nombre, ni dirección, ni teléfono. Simplemente, explica Chistoph Kraemer, el responsable de la empresa en España, escoger un número de usuario, una dirección de email no habitual y empezar a estudiar un más que nutrido grupo de candidatos.

Cuenta Kraemer que el negocio funciona porque la monogamia hace tiempo que no tiene razón de ser; porque hay muchos modelos de parejas y porque vivimos mucho más. "Es muy complicado que la misma pareja te haga feliz durante décadas. Eso no quiere decir que no sea tu compañero o compañera perfecta, es, simplemente, que necesitas algo más", barre para casa.

Sería la única forma de entender algunas de las conclusiones de sus numerosos estudios, como que el infiel difícilmente se separa; que gasta más dinero en regalos para su amante que para su mujer y viceversa, que ellas suelen ser más fieles en su infidelidad... o que la mitad de los militares españoles aprovechan el Día de la Hispanidad para engañar a su esposa. Y no es una aproximación hecha sin ton ni son. Resulta que el 1,8% de los clientes de AshleyMadison.com forma o ha formado parte de las Fuerzas Armadas Españolas, y después de una encuesta en la que han participado nada menos que 15.826 usuarios, no les cabe ninguna duda: el 50% del personal aprovecha la fiesta nacional para darse un revolcón fuera de casa.