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La pediatra Belén Martínez-Herrera y la enfermera Carolina Lechosa destacan las ventajas de la lactancia materna.
Impulso a la lactancia

Impulso a la lactancia

Profesionales del Servicio Cántabro de Salud se acreditan como consultoras en lactancia e insisten en la importancia de una formación especializada

Ana Rosa García

Miércoles, 28 de enero 2015, 10:41

E l 80% de las madres cántabras deciden amamantar a sus hijos, pero antes del primer mes buena parte de ellas tiran la toalla y optan por el biberón. «Esto nos hace pensar que no estamos ofreciendo el apoyo suficiente para el mantenimiento de la lactancia materna. En ocasiones, ni el sistema ni los profesionales están suficientemente preparados para ofrecer soluciones adecuadas, lo que provoca abandonos indeseados», señala Carolina Lechosa Muñiz, enfermera de maternidad de la Residencia que, junto con Elena Mena, matrona del servicio de partos, ha obtenido el título IBCLC (International Board Certified Lactation Consultant). Una acreditación que tiene también la pediatra Belén Martínez-Herrera, que ha estado siete años al frente de la Clínica de Lactancia de Valdecilla, cerrada recientemente. «Creo que todos los profesionales que rodean a la madre y al lactante -personal de enfermería y médicos- deberían de tener formación en lactancia materna y, además, deberían existir, como en algunas otras comunidades, Unidades de Lactancia donde poder derivar los casos más complicados», defiende Martínez-Herrera. A su juicio, «el personal de enfermería tiene un papel fundamental en la promoción y apoyo a la lactancia, pero en algunos casos complejos, como pérdidas de peso, ictericias, infecciones, síndromes de Raynaud, hipogalactias neuroendocrinas, fármacos... se necesita un médico con conocimientos pediátricos y formación especializada en lactancia para hacer el diagnóstico y el tratamiento médico adecuado».

Una idea en la que coincide la enfermera Carolina Lechosa, que durante nueve años trabajó en la consulta de pediatría de Atención Primaria en Castro Urdiales, de la mano del Dr. José Castillo, «mi motor para ponerme a estudiar pediatría». «Cuando tienes un conocimiento profundo de la lactancia, tomas conciencia de que hay muchos problemas que yo puedo detectar, pero que no puedo diagnosticar ni tratar». Por eso insiste en la importancia de una unidad formada por un equipo multidisciplinar con formación específica en lactancia. Así se evitarán -añade- mensajes contradictorios a las mujeres, actitudes pasivas o neutrales en los momentos críticos, el uso de prácticas inadecuadas, biberones o separaciones innecesarias que pueden poner en riesgo el éxito de la lactancia. «Las madres tienen derecho a tomar una decisión informada sobre la alimentación de sus hijos, libre de influencias comerciales, familiares y/o sociales. Porque la lactancia -destaca- no es de los profesionales, sino de la madre y su hijo, por lo que todo el personal que se ocupa de ellos (ginecólogos, pediatras, matronas, enfermeras, auxiliares), cada uno en su estamento, puede ayudar a promocionar y apoyar la lactancia materna».

«Pasos importantes»

Martínez-Herrera recuerda que hace 23 años tomó conciencia de que sus conocimientos en lactancia materna y los de todos los profesionales de su entorno eran «muy limitados». Fue a partir de su primera experiencia como madre con una lactancia llena de dificultades. «Esta vivencia personal me hizo darme cuenta de que lo único que sabíamos hacer cuando una mujer tenía dificultades era animarla a seguir amamantando hasta que ya la ganancia de peso no era adecuada y nos veíamos obligados a ofrecerle un suplemento de leche de fórmula». A partir de ese momento inició su formación especializada, y «se abrió ante mí un mundo que va mucho mas allá de la lactancia (nacimiento, parto, crianza, comunicación, emociones.) y que de alguna forma ha modulado mi desarrollo profesional y personal». Desde junio de 2007 a marzo de 2014, a instancias de la Consejería de Sanidad y de la dirección del Valdecilla, desarrolló su labor asistencial en la planta de maternidad impulsando cambios como la no separación de la madre y el recién nacido, el contacto piel con piel y la creación de la Clínica de Lactancia, considera que en los últimos años «se han dado pasos muy importantes en la promoción y apoyo a la lactancia materna, pero todavía queda un largo camino por recorrer».

Ambas resaltan las ventajas de la lactancia, una de las herramientas más eficaces en la prevención de las enfermedades y en la promoción de la salud materno infantil a corto, medio y largo plazo.

«Investigaciones realizadas en países desarrollados han proporcionado sólidas pruebas de que la lactancia artificial tiene importantes riesgos para la salud física y emocional de la madre y del bebé, aumenta la incidencia y gravedad de un gran número de enfermedades, empeora el desarrollo cognitivo del lactante y conlleva perjuicios económicos, familiares, comunitarios y ambientales», destaca Lechosa. Análisis recientes demuestran que pequeñas inversiones en programas de promoción y apoyo a la lactancia pueden conseguir importantes ahorros al sistema sanitario.

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