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Sergio Herrero
Viernes, 31 de octubre 2014, 08:02
Torrelavega decide este martes si se convierte en el primer municipio de Cantabria en prohibir la entrada e instalación de circos con animales en su territorio. Tal y como hicieron antes unos 170 Ayuntamientos en toda España. La moción ha sido llevada al pleno por Asamblea Ciudadana por Torrelavega (ACPT), con el apoyo del colectivo AnimaNaturalis, que asegura que, aunque los animales puedan estar en buenas condiciones, "el maltrato es mucho más que pegar". Denuncian el "comportamiento antinatural al que son obligados" y el peligro que suponen estas prácticas tanto para las fieras como para las personas que trabajan con ellas. Al otro lado de la carpa, la opinión es que una prohibición de este tipo es "saltarse la ley europea" y se defienden con los informes del Seprona por delante: "Cada una o dos semanas verifican el buen estado y trato a los animales y los agentes saben de esto". En su opinión, esto debería ser suficiente.
La chispa saltó tras la reciente visita del Circo Coliseo a Tanos. AnimaNaturalis convocó una protesta ante las puertas del Consistorio a la que acudieron unas 150 personas, para mostrar su rechazo al uso de animales en estos espectáculos. ACPT e IU recogieron el guante y los primeros, con representación en el pleno, han puesto el tema sobre la mesa.
La portavoz de AnimaNaturalis, Cristina Rodrigo, argumenta su postura: "Estamos en contra del uso de los animales en los circos. Salvajes o domésticos. Es una parte del maltrato, porque están enjaulados y son obligados a tener un comportamiento antinatural. Es un riesgo para el animal y para las personas que trabajan con ellos. Sufren lesiones, pueden tener comportamientos agresivos e incluso podrían desarrollar enfermedades que a la larga se transmitiesen a la población".
Puestos en contacto con diversos circos que han defendido las buenas condiciones en que mantienen a sus principales actores, Rodrigo considera que "hay que ir más allá". "El maltrato es mucho más que pegar", afirma. La Asociación "no lucha por el fin" de estos espectáculos, "pero el circo tiene que ser ilusión y emoción, no maltrato". AnimaNaturalis lleva cinco años trabajando en su campaña 'Circos sin animales', que ha logrado "avances en países como México y en otras localidades y comunidades españolas".
Pase lo que pase este martes en Torrelavega, "queremos seguir adelante en Cantabria", aunque si se aprueba la moción en la capital del Besaya, se abre una puerta que puede llevar a un efecto dominó para que otros municipios se unan.
Desde la arena
En la otra esquina de este 'ring', los circos se agarran a la normativa de la Unión Europea, que no prohíbe la participación de animales en espectáculos circenses y tan solo regula las condiciones de sanidad, trato, mantenimiento, alimentación y transporte. Pero sobre todo, esgrimen que pasan controles "casi todas las semanas" por parte del Seprona que les legitiman para realizar su "trabajo" y su "vida".
"La Guardia Civil sabe de estas cosas y todos los informes que nos han realizado en Cantabria han sido positivos", asegura Francisco de la Torre, propietario del Circo Coliseo. El responsable de la instalación cree que, en caso de aprobarse la normativa, el Ayuntamiento se estará "saltando la ley, igual que los otros municipios que lo han sacado adelante". "No se pueden quitar los animales de los circos si se cumple con las normas establecidas sobre alimentación, trato, recintos...", añade.
De la Torre se apoya en su público para defender su labor. "6.000 personas han acudido al circo en Torrelavega. La gente que ha venido, que diga si ha visto un pequeño maltrato". "Para hablar hay que ver", por eso, dice no entender porque protestan "50 personas que no han venido a ver el estado de los animales".
Afirma que ellos son los primeros que desean "que se controle y se respete la ley" y reconoce estar "empezando a estar cansado" de la mala imagen que crean en su oficio este tipo de iniciativas. "Aquí los animales son tratados con amor y ellos tienen amor por sus cuidadores. A veces miramos más por nuestros animales que por nuestros propios hijos", concluye.
Ante la falta de una regulación clara al respecto, especialmente en la Unión Europea, los distintos territorios están tomando sus propias decisiones. Tan solo la Declaración Universal de los Derechos del Animal (1978) choca de frente con la lona del circo: "Todo animal perteneciente a una especie salvaje tiene derecho a vivir libre en su propio ambiente natural [...] Toda privación de libertad, aquella que tenga fines educativos, es contraria a este derecho [...] Los espectáculos que se sirvan de animales son incompatibles con la dignidad animal".
Cataluña estudia la posibilidad de prohibir los circos con animales en toda la Comunidad. Países como Austria, Bolivia, Grecia o Malta ya lo han hecho. Otros, como Dinamarca, Suecia o Noruega han excluido de los circos sólo a las expecies salvajes y Bélgica o Polonia lo limitan a aquellos que no hayan sido capturados en su hábitat natural. Ahora le toca a Torrelavega decidir si baja el telón de los circos con animales en el municipio.
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