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Respeto ambiental

El Gobierno de Cantabria maneja el informe elaborado por una consultora sobre las garantías de seguridad y medioambientales de las que estará dotado el proyecto minero del Besaya

Jesús Serrera

Miércoles, 1 de febrero 2017, 10:07

Atmósfera, ruidos

La explotación a 500 metros de profundidad no afectará al medio exterior y el transporte de material se realizará en carga encapsulada. Fuera de la mina no se percibirá explotación alguna ni se producirán nuevas escombreras, al volver el material ya tratado al interior de la mina. No se generarán gases tóxicos o peligrosos en la atmósfera ni tampoco aerosoles. Tampoco se producirán ondas ni vibraciones detectables en la superficie. Se trata de un proceso industrial físico en el que no ocurre combustión ni reacción química de ningún tipo.

Estabilidad del terreno

El proyecto no alterará el terreno natural ni ninguna superficie al ser el procedimiento subterráneo, no una mina a cielo abierto, por lo que se eliminan los riesgos de desertificación, erosión o modificación del relieve preexistente. Tampoco se verá afectado el terreno por la planta industrial, que se levantará en la zona más adecuada y de acuerdo a las ordenanzas vigentes. El relleno de cavidades mediante pasta cementada eliminará los huecos y la posibilidad de taludes o fallas de estabilidad. Tampoco se crearán balsas de lodos en el exterior.

Limitación de residuos

Al no generarse ningún tipo de deposición por vertidos o sustancias sólidas en suspensión, las propiedades físicas del suelo no sufrirán cambios. No habrá alteraciones químicas del suelo con las sustancias manejadas: el concentrado de zinc, que es el producto que se comercializará, y el material de rechazo reinyectado en los huecos mineros. La reutilización de materiales para los rellenos no deja residuos. La roca caliza del depósito neutraliza cualquier acidez. La generación de residuos se limitará a los asimilables a los industriales o domésticos.

Calidad del agua

La minería de interior evita la modificación de las corrientes en ríos y arroyos, y evita el riesgo de inundaciones, debido a que no se generarán balsas de agua durante los trabajos de extracción. Las aguas utilizadas en el proceso industrial permanecen dentro de un circuito cerrado y no entran en contacto con el medio natural. El proyecto contempla la instalación de plantas de tratamiento de última generación para las aguas utilizadas. El régimen hidrogeológico no se verá alterado, ya que no se cambiarán las condiciones freáticas de los acuíferos.

El agua no entra en contacto con metales pesados ni se producen otros contaminantes. No se genera drenaje ácido de mina al no haber contacto de pirita con el medio natural. La monitorización de las aguas se efectuará conforme a los más altos niveles de la industria minera más moderna.

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