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El parque de La Viesca, pulmón verde de Torrelavega, se ha convertido en una trampa para los perros. Nueve han fallecido envenenados en las dos últimas semanas y muchos han dejado de pasear a sus mascotas por el lugar por temor a correr la ... misma suerte. La Guardia Civil está investigando el asunto a través del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona). Se sospecha de personas que viven en el entorno y no quieren compartir la zona de ocio con los canes.
El primero en dar la voz de alarma fue el joven torrelaveguense Iván Duarte, después de que su perra, 'Noa', sobreviviese a un envenenamiento en La Viesca tras su ingreso en una clínica de La Inmobiliaria. Iván avisó al Refugio Canino de Torres, en el que adoptó a 'Noa' hace poco más de un año, para que «lo tuviesen en cuenta». Los responsables del Refugio hicieron un llamamiento a la precaución a través de las redes sociales. «¡¡¡Mucho cuidado!!! Veneno en la zona de La Viesca». Así encabezaron su escueto mensaje en Facebook, que fue compartido por casi 300 personas.
Lidia, una de las voluntarias, dice que han resultado envenenados en torno a 16 canes, de los que nueve han muerto. «Algún malnacido les ha echado algo. No sé con que lo hacen, lo meten en salchichas o algo así», señala. «No es la primera vez que ocurren cosas parecidas -añade-, hay gente que la molestan los perros, aunque se trate de un espacio público. A veces es culpa de los dueño, porque no todos recogen los excrementos».
Iván Duarte sí lo hace y tampoco deja a 'Noa' que coma algo que no sea de su mano, por lo que piensa que el veneno que están utilizando «es transparente y lo rocían». El joven suele pasear a su mascota con un amigo por zonas como La Viesca. Le gusta hacer rutas, para que el animal también disfrute. Esta vez la soltó porque había menos perros de lo habitual y se enfadó con ella porque empezó a comer hierba. «La reñí y la até, pero tampoco le di mucha importancia porque pensé que lo hacía para purgarse», explica.
Sin embargo, horas después, ya en casa, notó que 'Noa' empezaba a tener hemorragias internas y que incluso vomitaba sangre. Rápidamente acudió a la clínica y la perra quedó ingresada. «La pusieron suero y la dieron una inyección y pastillas», recuerda. Afortunadamente 'Noa' sobrevivió y cuando fue a recogerla, el veterinario le confirmó que había sido envenenada y le preguntó que dónde había estado con ella. «Le dije que en La Viesca y que había comido hierba, y él me contestó que eso resolvía la duda, que había sido allí porque había tenido otros casos similares en esos días», señala Duarte. Es la primera vez que le ocurre algo así, pero ahora tiene miedo y ha dejado de llevar a su perra a La Viesca. En realidad sospecha de todas las zonas verdes de Torrelavega, porque a la mascota de su novia «le pasó algo parecido en el parque de Nueva Ciudad».
Tomás Bustamante, que regenta una clínica veterinaria en el centro de la ciudad, también se enteró de lo sucedido por Facebook, pero esta vez no ha tenido que atender a los afectados. «Los envenenamientos -explica- son un clásico. El ser humano es malo por naturaleza y a veces se deshace de los perros así. Tiran veneno donde saben que hay perros o meten alfileres en un trozo de salchicha para que se claven en el estómago o el intestino. Otras veces el envenenamiento es casual y se produce con herbicida o raticida, por ejemplo».
El concejal del área, José Luis Urraca Casal, que comunicó la sucedido al Seprona, lamenta unos hechos que «atentan de esta manera contra la vida de los animales».
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