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La historia y el cuento: 'La Lechera'
TRIBUNA LIBRE

La historia y el cuento: 'La Lechera'

JUAN JOSÉ FERNÁNDEZ TEIJEIRO

Viernes, 19 de marzo 2010, 01:26

Han vuelto a ser actualidad las naves de 'La Lechera'. Y no precisamente por su pasado, sino por su inquietante futuro. Pero el presente evoca las huellas de lo acontecido. Sobre las primitivas edificaciones de la Azucarera Montañesa de 1898, se fundó en 1926 una importante empresa láctea. Lo que hoy conocemos como Feria de Muestras de Cantabria, denominación quizás un tanto pretenciosa, era todavía hace ochenta años una de las industrias más prósperas y modernas de nuestra región, tanto en su estructura, como en la calidad y garantía de su producción. Ésta es parte de su historia. La Sociedad Lechera Montañesa A.E. comercializaba por toda España la leche condesada 'El Niño' y una harina lacteada con el mismo nombre. En los diarios de difusión nacional era una imagen publicitaria habitual la del niño de pelo rizoso que salía del bote de latón, en cuya etiqueta se leía: 'Leche condensada marca El Niño. La gran marca nacional. Con toda su crema».

No faltaban los consejos a las madres, ni la mención a las medallas que el producto había recibido en la Exposición Agrícola de Barcelona en 1927, y en la Exposición de Alimentación de Madrid de 1928. Además, cada diez etiquetas del producto podían ser canjeadas por una participación de Lotería de 1 peseta.

La Sociedad Lechera Montañesa A.E. tenía su sede comercial en la céntrica Plaza de Cataluña en Barcelona, y en Madrid en la calle Peligros; la fábrica estaba en Torrelavega. Esta poderosa industria llevó el nombre de la ciudad del Besaya y de Santander en los miles y miles de botes que fueron consumidos en los hogares españoles. Competía, nada más y nada menos, con la poderosa Nestlé cuya primera fábrica en España estaba en La Penilla. En 1905 había salido de La Penilla el primer bote de la famosa harina lacteada, en 1910 empezó a producir leche condensada, y a finales de 1920 procesaba unos ocho millones de litros de leche al año. Frente a este coloso se levanta 'La Lechera Montañesa' en 1926 con aquella popular marca: 'El Niño'.

El domingo 22 de agosto de 1927 , la ciudad del Besaya y la fábrica se engalanaron para recibir a los reyes don Alfonso XIII y doña Victoria Eugenia. Recorrieron las instalaciones acompañados de don Pablo Garnica, presidente del Consejo de Administración, y de los técnicos que explican a sus Majestades todo el proceso que sigue la leche desde su recogida hasta el resultado final, el famoso bote de 'El Niño', del que se consumían diariamente en España más de 25.000 unidades. Los Reyes mostraron su plena satisfacción por la visita; aquella era industria nacional moderna y floreciente. La factoría iba a recibir también un año después la visita de Primo de Rivera, presidente del Gobierno.

Ya muy pocos serán los ciudadanos de Torrelavega y Cantabria que recuerden aquellas efemérides; pero si es cierto que muchos de los nacidos en torno a los años 30 fueron alimentados con la leche 'El Niño', recomendada por los doctores puesto que era 'bacteriológicamente purísima, evitando su uso la temible y larga fiebre de Malta y los trastornos gástricos'.

Y como en muchos cuentos e historietas el pez grande se comió al chico. La Nestlé acusaba la fuerte competencia de 'El Niño'. En 1930 la solución definitiva fue absorber la industria y acabar liquidando la marca en la década de los 60. Las naves permanecieron como testigo mudo de aquel industrioso pasado. Adquiridas por Sniace en 1970 fueron utilizadas como almacenes por esta empresa hasta 1984.

La segunda parte de esta historia -el presente- comienza con la compra por el Ayuntamiento de Torrelavega del recinto siendo alcalde Sr. Rotella. Poder contar con una Feria de Muestras era una visión de futuro para una ciudad con proyección industrial. El apoyo de la Diputacion Provincial, unido a la ilusión y el esfuerzo emprendido, tanto por el alcalde Sr. Portilla, como por el presidente de la Cámara de Comercio Sr. Gracia Espada, hicieron posible que en junio de 1987 pudiera ser inaugurada la primera feria en el rehabilitado recinto de 'La Lechera'. Fue la decimotercera edición del Salón del Mueble y la Decoración. Desde 1974 el Mercado Nacional de Ganados acogía con gran éxito esta muestra anual. El futuro parecía muy prometedor.

Pero aquel impulso inicial tan favorable ha ido perdiendo fuerza poco a poco. ¿Qué ha ocurrido? ¿Estamos ante una nueva versión del cuento de 'La Lechera'? Las últimas noticias no son precisamente halagüeñas. Por un lado, el Gobierno de Cantabria se desliga del consorcio establecido; por otra parte se le reclaman a este Gobierno 4,5 millones de euros como contraprestación de todos estos años al Ayuntamiento de Torrelavega, y al parecer, son noticias de prensa, el adjudicatario de los servicios de hostelería del recinto además de haber realizado obras sin licencia, mantiene una importante deuda con el Ayuntamiento. No han faltado situaciones absurdas: una dirección bicéfala con las pertinentes conflictivas reclamaciones.

Ahora resulta que la Consejería de Economía y Hacienda va a establecer un plan de viabilidad hasta el año 2014, con una subvención de 630.000 euros, en estos cuatro años, una feria más en el calendario, y la celebración de Juvecant. ¿Es serio esto? ¿No parece todo más bien fruto de la improvisación, sin una idea clara de lo que se va a hacer, o de si en realidad interesa hacer algo? Quizás sea el momento de plantear con sensatez y serenidad las posibilidades de futuro de esta Feria. Da la triste impresión en este tema, como en otros -incluído lapsus linguae ministerial-, de estar en manos de aficionados y, lo que es peor, de su utilización como arma política.

En la actualidad la programación anual de la Feria está limitada a cuatro o cinco muestras: Automoción, Habitat, Antigüedades, Desembalaje, Hostal-Alimentaria, más alguna posible extraordinaria, o algunos festejos como Juvecant y el Rastrillo Nuevo Futuro. Expoláctea, algo que nunca se debió perder, ha pasado a la historia. En total, más o menos, serán 20 ó 30 días del año, en los que, en principio, será utilizado este complejo, con todo su presupuesto de mantenimiento, instalaciones, personal, etc.

Son muchos los interrogantes que se plantean ante quienes somos profanos: ¿Cuál es la planificación actual de esta Feria de Muestras? ¿En qué forma se ha tratado de involucrar al mundo empresarial de nuestra comarca o, mejor aún, de toda la región en el proyecto? ¿A estas alturas se ha elaborado un estudio económico real de la viabilidad de la Feria? , o ¿se trata sólo de ir poniendo parches y mantener el nombre para seguir invirtiendo dinero público en un saco sin fondo?

La Feria de Muestras de Cantabria tiene que tener una base muy sólida en el mundo empresarial de nuestra región y de modo especial en el de Torrelavega. Las industrias, las empresas y la iniciativa privada deben participar activamente en su proyección, con su voz y su voto. Esto es lo que tenemos que mostrar. No solo recordar el pujante desarrollo industrial del pasado, sino lo que hoy somos y lo que queremos seguir siendo.

Las naves de 'La Lechera' son historia, pero también presente. Bien triste sería que dejáramos caer de nuestras manos el famoso cántaro del cuento.

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