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Vista exterior de El Capricho de Gaudí, ahora cerrado. :: DM
El Capricho de Gaudí cierra
COMILLAS

El Capricho de Gaudí cierra

El propietario, Taketo Kurosawa, negocia una salida a la crisis y desmiente que tenga intención de vender el emblemático edificio La empresa rescinde los contratos a los nueve trabajadores del complejo

MARGARITA FERRANDIS

Jueves, 25 de marzo 2010, 08:51

El Capricho de Gaudí se enfrenta a un futuro incierto. Uno de los monumentos más representativos de Cantabria, que hasta diciembre estuvo funcionando como restaurante, tampoco se ha librado de la crisis. A finales de año la empresa que lo gestiona presentó un expediente de extinción de empleo para sus nueve trabajadores, que actualmente está pendiente de resolución por parte de la Dirección General de Trabajo.

Los rumores sobre su posible venta y hasta la oferta del edificio en una conocida casa de subastas corrieron ayer por Comillas, extremos ambos que desmintió su propietario, el empresario japonés Taketo Kurosawa. Recién llegado de Japón, actualmente se encuentra «en negociaciones» con distintas entidades para ver de qué manera se puede rentabilizar el monumento, pero todavía no ha querido hacer oficial el resultado de sus reuniones ni qué opciones barajan para sobrevivir a los malos tiempos.

Lo cierto es que los números no cuadran. El año pasado, en el mes de abril, de la mano del arquitecto japonés Hiroya Tanaka, experto en la obra de Gaudí, El Capricho fue sometido a una profunda reforma con vistas a recuperar su aspecto original para, de esa manera, optar a ser Patrimonio de la Humanidad. Para poder hacer frente a estos gastos se solicitaron varias subvenciones al Gobierno de Cantabria, que les fueron denegadas, algo que Kurosawa entiende «que es imprescindible. Actualmente no nos podemos permitir todos los gastos que requiere el mantenimiento del edificio, por eso hemos acudido al Ayuntamiento de Comillas y a la Consejería de Cultura para solicitar ayudas, pero no hemos conseguido ningún tipo de apoyo», lamentó ayer. Ante esta encrucijada, se han visto obligados a cerrar El Capricho hace tres meses y a dejar a nueve trabajadores en la calle, un número importante para Comillas, teniendo en cuenta el reducido número de población activa que existe en el municipio. Además del restaurante, también está cerrado todo el recinto que lo rodea.

Y los sueldos sin pagar

Genaro Noriega es uno de los afectados por el expediente de extinción de empleo que, además de haberse quedado sin trabajo, de momento no tiene derecho a paro. «Hasta que no se resuelva el expediente estamos atados de pies y manos porque no podemos cobrar ni el finiquito, ni el paro y, lo peor de todo, es que desde el mes de diciembre no nos pagan y yo tengo una familia que mantener».

La propia alcaldesa, María Teresa Noceda (PRC), admitió ayer que «el negocio no da». Mantener El Capricho sólo con el restaurante ha dejado temblando las cuentas de los propietarios que, por otro lado, tampoco parecen estar dispuestos a venderlo. «Yo tengo mucho interés en que lo mantengan abierto de alguna forma. Podremos ayudar como Ayuntamiento en lo que esté en nuestra mano, pero los intereses privados son privados», dijo.

Piden que se reabra la finca

La cuestión del Capricho de Gaudí genera debate político en la 'Villa de los Arzobispos', ya que a lo largo de los últimos 25 años ha sido el reclamo turístico por excelencia. Ayer mismo, el PSOE de Comillas mostraba su inquietud al respecto, ya que en torno al Capricho se han vertebrado desde las actividades del Centro de Iniciativas Turísticas hasta el Plan de Excelencia Turística desarrollado en el período 2003-2006.

Como resultado, el edificio concentra hoy en día un altísimo porcentaje de las visitas a Comillas y, junto al Palacio de Sobrellano, supone, aseguraban ayer los socialistas, el principal referente sobre el que se basa la industria turística de la villa.

Por todo ello solicitan, tanto a la alcaldesa de Comillas, María Teresa Noceda, como a la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte, que tomen cartas sobre el asunto para resolver esta cuestión y alcanzar un acuerdo para que, al menos, se pueda acceder a la finca que alberga El Capricho que, por otra parte, también sirve de acceso al Palacio de Sobrellano. De esta manera se podría visitar el monumento por fuera.

Una propuesta que también comparte el concejal de Convocatoria por Cantabria, José Lamadrid, quien insta a la alcaldesa a que intervenga «lo antes posible» para que, de cara a la Semana Santa, los turistas que visiten Comillas puedan contemplar la joya más representativa del modernismo catalán en la villa, y no abandonen el pueblo decepcionados.

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