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Numerosos visitantes se acercaron ayer a fotografiar El Capricho en cuanto se abrieron las puertas de su acceso al mediodía. :: M. F.
El Gobierno fuerza la reapertura del acceso a El Capricho y al conjunto de Sobrellano
COMILLAS

El Gobierno fuerza la reapertura del acceso a El Capricho y al conjunto de Sobrellano

Después de tres meses cerrado, los turistas ya pueden acercarse al monumento de Gaudí, cuyo perímetro está precintado por seguridad

M. FERRANDIS

Viernes, 2 de abril 2010, 12:55

El acceso al Capricho de Gaudí ya está abierto. Para regocijo de los que elijan Comillas para pasar su Semana Santa, el monumento modernista al fin está al alcance de las cámaras de fotos. Puede admirarse por fuera, a poca distancia, a la vera del precinto que el Ayuntamiento ha colocado alrededor de su finca. A las 12.30 horas de ayer, justo un día antes del inicio de las vacaciones, las puertas volvieron a abrirse después de haber permanecido cerradas desde el pasado mes de diciembre. La reapertura ha sido recibida con gran alegría entre los turistas que ya han llegado a la villa, que nada más ver cómo abrían el acceso acudían en tropel a fotografiarlo.

El consejero de Cultura, Javier López Marcano, aclaró a este periódico que este camino, que es de titularidad pública, da acceso al Palacio y la Capilla de Sobrellano, también públicos, y que si estuvo cerrado durante todo el invierno es porque baja la afluencia de visitantes. Dijo que en cuanto se enteró de que seguía cerrado dio orden inmediata de permitir el paso. Rechaza la tesis de que su clausura fuese ordenada por los dueños del Capricho cuando cerraron el restaurante a finales de diciembre. «Si es así, fue sin mi conocimiento», dijo Marcano.

Pero lo cierto es que todo lo que rodea el cierre de El Capricho es un auténtico misterio. El edificio, declarado Bien de Interés Cultural hace 40 años, se convirtió en restaurante en 1985 y en 1992 lo compró el grupo japonés Mido Development, que no pudo sostenerlo con el negocio hostelero. A finales de año, mandaban a casa a sus nueve empleados, el edificio se cerró, casualmente el acceso también, y nada se supo hasta que hace unos días el PSOE dio la voz de alarma, porque El Capricho, que siempre ha sido privado, está localizado en una pequeña colina junto al Palacio y la Capilla de Sobrellano.

Existen dos vías de acceso, una que exclusivamente permite la entrada al edificio de Gaudí y otro camino que discurre frente al Capricho y luego continúa por el Palacio de Sobrellano. El primer acceso es privado, pero el segundo es público y fue el que ayer se reabrió.

Los miedos de Kurosawa

El interés de la Consejería de Cultura y del Ayuntamiento de Comillas por abrir la vía de acceso que transcurre por delante del Capricho ha podido con los miedos de Taketo Kurosawa. El propietario se negaba ayer a hacer declaraciones sobre las negociaciones de su abogado con el Gobierno de Cantabria para que, en caso de que El Capricho sufriera desperfectos, la Consejería se responsabilizara de los mismos. López Marcano dejó claro que el Gobierno no va a asumir la vigilancia de El Capricho, «como tampoco pagamos la seguridad de todos los palacios, casonas e iglesias que hay en Cantabria».

No sería la primera vez que gente con cuchillos intenta e incluso consigue arrancar las emblemáticas baldosas con girasoles, que son la seña de identidad del monumento. Para solventar este problema -que un camino público pasa por delante de una finca privada- y para evitar actos vandálicos, el Ayuntamiento de Comillas ha ordenado precintar todo el edificio del Capricho con cintas de seguridad y vallas, poniendo límites a lo que es propiedad privada y lo que no, y permitiendo a quien lo desee ver El Capricho por fuera, pero sin poder entrar dentro de la finca, y en el mismo horario en que se mantiene abierto el recinto de Sobrellano, es decir ente las 9.30 y 18.15 horas.

Otro frente abierto es el de los nueve trabajadores, que en el mes de diciembre recibían de manera repentina la noticia del cierre del Capricho y la presentación, por parte del presidente, de un expediente de extinción de empleo en la Dirección General de Trabajo.

Los trabajadores, esperando

A fecha de hoy, tanto los trabajadores como el abogado y la delegada sindical de CC OO que les representa no han logrado alcanzar ningún acuerdo de indemnización con Kurosawa. Esta circunstancia les tiene atados de pies y manos, ya que les impide cobrar el paro o ser contratados por otra empresa. Hasta que hasta que Trabajo no resuelva el expediente, los trabajadores siguen dados de alta en la Seguridad Social.

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