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ABEL VERANO
Lunes, 12 de abril 2010, 10:02
«Es lamentable la situación del Hotel Miramar y del polideportivo Peru Zaballa porque tenemos unas autoridades y responsables políticos que están enquistados en que la ley está para cumplirla y si la ley provoca perjuicios de este tipo habrá que tomar las medidas políticas adecuadas para reformarla y salvar estas situaciones». El presidente de la Asociación Cántabra de Afectados por la Ley de Costas, José Luis Thomas, se muestra muy crítico con las «pasividad» de los políticos ante el «problema» que se está generando con la aplicación del deslinde marítimo-terrestre. Cree que no es de recibo que se vayan a cargar un hotel que lleva en la playa de Brazomar toda la vida y que «no hace daño a nadie». «Habrá que tomar una decisión política, pero el problema es que tenemos un Gobierno regional que no quiere saber nada de este asunto. Y no sabemos porqué».
Lo que tiene muy claro José Luis Thomas es que «al final, si no se remedia, acabarán tirando el Hotel Miramar, el polideportivo municipal Peru Zaballa y todo lo que se encuentre por delante». El presidente de los afectados por la Ley de Costas cree que el Gobierno de Cantabria debería enfrentarse al Gobierno de la Nación. «Hemos pedido una reunión con el presidente regional, Miguel Ángel Revilla, para plantearla las diversas problemáticas que se están dando en varios municipios de Cantabria y no quiere recibirnos. El tema es muy serio y se va a poner peor», señala.
Thomas tiene muy claro que en épocas cercanas a elecciones el Gobierno no se atreverá a dar el paso de ordenar el derribo del polideportivo Peru Zaballa. «Dejarán pasar el tiempo para tomar un decisión que no va a gustar a los vecinos de Castro Urdiales». El presidente del colectivo de afectados por la ley de Costas considera que la situación de los once trabajadores del Hotel Miramar es «vergonzosa». «Lo más grave de todo es que les van a tirar el hotel y no les van a dar un euro. Deberían indemnizar a los afectados pero ni se lo plantean. No les van a dar nada. Ni a los trabajadores, ni a los empresarios, ni a nadie». Thomas afirma que no se puede dejar a esta gente en la calle de esta manera. «Alguien tiene que poner las cosas en su orden. ¿Qué van a hacer ahora estas 11 familias?».
Derribo inminente
La demolición del Hotel Miramar está tan asumida por sus propietarios, que ya se refieren al proyecto de derribo que la Demarcación de Costas está redactando y que estará finalizado «para finales de este verano». ¿Cuándo se derribará? La fecha aún se desconoce pero nadie duda ya de que la piqueta acabará con este inmueble.
No obstante, Álvaro Alonso, gerente de este hotel, advierte de las posibles consecuencias que pueden provocar los fuertes temporales de oleaje si se derriba por completo el hotel y se deja el terreno «limpio». «La subida de la marea podría provocar que los garajes de la zona se inunden. Es algo que deberían prever desde el Ayuntamiento de Castro Urdiales para intentar evitar estos daños». El gerente del hotel va a realizar una tasación del inmueble y sus puestos de trabajo, aunque reconoce que «nos darán muy poco, si nos lo dan». Al menos, no pierde la esperanza.
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