Borrar
En esta pista deportiva, en el barrio La Cabroja, tuvo lugar el linchamiento al profesor. :: JAVIER ROSENDO
«Podían haberme matado»
Cabezón de la sal

«Podían haberme matado»

Un grupo de alumnos da una «brutal y cobarde» paliza al secretario del IES Valle del Saja. «Me tiraron al suelo y empezaron a darme patadas, no veía nada. Cuando me protegí la cara, comenzaron a pegarme por todo el cuerpo», denuncia

GONZALO SELLERS

Jueves, 15 de abril 2010, 14:18

«Eran como animales, podían haberme matado». El secretario del IES Valle del Saja, en Cabezón de la Sal, aún se siente «amedrentado» por la brutal paliza que recibió el pasado lunes por un grupo de jovenes, entre los que se encontraban varios alumnos suyos. Las heridas físicas tardarán tiempo en cicatrizar: ocho puntos de sutura detrás de la oreja, hematomas en la cabeza, golpes en la cadera y contusiones en las costillas que le provocan dolor al respirar. Pero las lesiones emocionales parecen más difíciles de cauterizar: «Tengo familia y quiero protegerla, por eso trago sapos y culebras e intento ser racional en lo que digo», señala a este periódico, a la vez que pide que no se haga público su nombre.

La agresión tuvo lugar el pasado lunes por la tarde en una pista deportiva al aire libre situada en el barrio La Cabroja. Cuando este profesor llegó allí vio a un grupo de diez jovenes jugando al fútbol y a otros tres o cuatro sentados en un banco. «Ya los conocía, algunos son alumnos mios y otros no, pero forman parte de una banda callejera que intimida y amedrenta a mucha gente del pueblo sin que nunca se les haya frenado», se queja.

Al verlo, algunos de ellos comienzan a insultarlo. Son ataques, como él mismo detalla, relacionados con su labor como directivo del centro escolar. Y no era la primera vez que le ocurría esto. «Ya me los había encontrado por la calle otras veces y también me habían soltado improperios parecidos», recuerda.

Patadas por todo el cuerpo

Harto ya de los insultos, el docente se acerca a ellos y les avisa que, si continúan con esa actitud, los denunciará. Como todo sigue igual, se aleja y saca su teléfono móvil para llamar a la Guardia Civil. Y lo hace de espaldas a ellos. «En ese momento, sentí cómo me agarraron de una pierna y de la espalda. Perdí el equilibrio y caí al suelo», explica.

Lo que ocurrió entonces sólo puede calificarse como una «brutal y cobarde» agresión. Se formó un corro de doce o catorce jóvenes, la mayoría menores de edad, en torno al profesor, y comenzaron a pegarle patadas en la cabeza. «No veía nada, pero pude protegerme la cara», describe. Pero los agresores no pararon, siguieron golpeándole con fuerza en los costados y por todo el cuerpo.

Cuando acabó el linchamiento fue auxiliado por un testigo, una automovilista que lo trasladó para denunciar los hechos al cuartel de la Guardia Civil y, después, fue a Sierrallana a curarse las heridas.

El secretario del instituto ha reconocido a dos de los presuntos agresores y a otros muchos que se encontraban con ellos. Uno de los que le dieron la paliza es mayor de edad y ajeno al centro, y ya ha sido detenido, mientras que el otro es un alumno de segundo curso de Educación Secundaria en el centro escolar donde trabaja la víctima.

A este joven le abrieron este curso un expediente disciplinario, por lo que se le expulsó temporalmente del centro, al que todavía no se ha incorporado a pesar de haber cumplido su sanción.

De baja laboral

La Dirección del instituto no se pronunció ayer sobre el hecho, pero sí lo hizo la Consejería de Educación, que desde el «primer momento» brindó «respaldo personal y jurídico» al docente, que actualmente se encuentra de baja. Ayer, un inspector de este departamento se desplazó al centro para elaborar un informe de lo ocurrido. Educación lamenta que «un hecho aislado de esta naturaleza» pueda contribuir «a dar una imagen falsa del clima de convivencia escolar», que, según puntualiza, en Cantabria «es bueno», tanto en este instituto como en los demás centros educativos.

El profesor agredido asegura que lo ocurrido «no tiene nada que ver con problemas de seguridad» en el instituto, ya que la agresión fue en la calle. «Desde el equipo directivo no toleramos un mínimo de violencia o insultos, ni contra otros alumnos ni contra profesores. Cuando se produce una situación así, tomamos medidas contundentes, cortamos de raíz», subraya.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes «Podían haberme matado»