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LITERATURA

ESCUELAS Y MAESTROS

VALERIANO GARCÍA-BARREDO ALONSO

Sábado, 8 de mayo 2010, 02:23

Soy hijo y nieto de maestros y , con el tiempo, la palabra maestro me parece más bella, más llena de contenido, y lamento su infrautilización.

He tenido la enorme suerte, como editor, que recientemente Juan González Ruiz, amigo desde hace muchos años, me diera a leer el original de su obra 'Viaje apasionado por las Escuelas de Cantabria' pensando en su posible publicación. La lectura detenida del magnífico texto me provocó innumerables sensaciones. Al paso de mi paseo literario por las Escuelas de Cantabria revivían los amigos entrañables de mi padre que las sirviero cada día aumentaba en mi la necesidad de volcarme en la obra para poder servir lo mejor posible el exhaustivo trabajo del autor y con ello rendir un homenaje a las generaciones de maestras y maestros que las llenaron de vida generosa. Como he dicho, a través de su amistad con mi padre, pude conocer a muchos, muchos maestros y maestras de varias generaciones, mi padre ejerció desde 1910, y cada día crece en mi la admiración por su obra docente y educadora ya que entendían que debían completar la labor educativa de la familia para entregar a la sociedad (pues muchos de ellos acompañaban al niño desde su entrada en la Escuela hasta su entrada en el mundo laboral) un hombre joven que tuviera respeto por el otro para , a su vez , hacerse respetar. Sé que en toda profesión hay de todo , pero en el espejo que miro viendo tanto rostros conocidos, lo que veo es bellísimo.

Quizás el primer objetivo del autor sea reivindicar la conservación y ,en la medida posible , la recuperación del Patrimonio Histórico Escolar, término al que se acoge la Sociedad Española del Patrimonio Histórico Educativo (SEPHE) que agrupa a personas e instituciones interesadas en la conservación , recuperación e investigación del pasado escolar, y redacta el libro a modo de guía turística para «quienes se sientan atraídos por los rasgos artísticos, históricos o pedagógicos que , sin duda, no faltan en nuestras escuelas» y ante la carencia existente en España de obras que se acerquen a esto fines, el autor añora las numerosas publicaciones francesas que alimentan esta afición en la nación vecina y cita que en Estados Unidos se ha llegado a editar una guía de 224 páginas , para visitar escuelas unitarias de todo el país , la mayoría de ellas conservadas como museos locales».

Es fácil que el lector encuentre en este Viaje Apasionado la descripción y hasta la fotografía de su Escuela Graduada o de su unitaria, humilde, casi ruinosa, (la obra tiene mas de seiscientas fotografías) y donde en estas escuelas ,carentes de casi todo, la labor del maestro aún era más difícil, no sé si más hermosa , y por ello el autor , conocedor en directo de su trabajo, dedica a las jóvenes maestras rurales un emotivo texto: «..Pero era su actividad docente y educadora , responsable y entregada , lo que dejaba una profunda huella en los alumnos y en sus familias. Su dedicación profesional , que no conocía de horarios ni de programas rigidamente establecidos , venía a ser una especie de sacerdocio cultural con bastantes sinsabores pero con muchas satisfacciones , la del cariño de la gente, por encima de todas».

Huellas humanas

Al autor , el marco de la escuela le sirve para ir situando huellas de personas, muchas casi anónimas, otras personajes: Manzanedo, Dr. Velasco , marqués de Valdecilla , Agapito Cagiga , Dr. Madrazo , Pérez Venero, marquesa de Viluma...(la relación se haría interminable ), junto a maestros , alumnos, padres , vecinos , políticos ,de muchos de los cuales quedan en los edificios placas, bustos, donaciones, referencias todas que constituyen parte de la historia de las generaciones que llenaron de vida las escuelas; y , al paso, en el lector -sin casi darme cuenta- reviven situaciones, nombres de compañeros que compartieron bancos corridos o mesas bipersonales y cuyo recuerdo me recobra un ayer alejado de nuestra vida diaria.

Pero no quisiera que este ramalazo de añoranza , este recuerdo a la figura de un maestro , quizás desaparecida por lo que supone la especialización actual , suponga incomprensión para quienes hoy , día a día , siguen vaciando su vida en los odres nuevos que serán el mañana. El autor también lo señala: «Sería engañoso dar a entender que la llamada a la conservación de nuestro patrimonio histórico escolar y de la valoración en su justa medida de la escuela de otros tiempos y del trabajo muchas veces cercano a lo heroico, de quienes las sirvieron , implica el rechazo del progreso actual y el desistimiento de la escuela a asumir los retos del cambio social , cultural y tecnológico en todos los ámbitos de nuestra sociedad , al que estamos asistiendo y del que somos protagonistas».

Gracias Juan por tan hermoso libro.

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